Este Sevilla no sabe a lo que juega (0-0)

Seamos realistas, este Sevilla no está para nada. Por supuesto que no está para pelear por la Liga de Campeones, debería pegar un cambio radical; apenas está para pelear por la Liga Europa, posición que alcanzar al ser séptimo, por cierto, y apenas está para resolver situaciones complicadas, o sencillas. Porque el que ha visitado el Sánchez Pizjuán era el Málaga, colista de Primera división. De este partido, pésimo partido, sale tocado el conjunto hispalense, que deja ir una oportunidad clara para acortar posiciones con los equipos de arriba, pero también sale muy tocado Gregorio Manzano, que apenas aportó soluciones sobre la marcha a un equipo que denota parcelas poco trabajados, que no agotó los cambios en un equipo castigado físicamente y que no acierta con sus decisiones. La presión, el posicionamiento de algunos jugadores y muchos otros debes lastran a este Sevilla al que se le atraganta todo el que pasa por Nervión.
El Sevilla comenzó el partido ya cansado, o esa impresión daba. Manzano, a pesar de que en la previa hablaba de refrescar el equipo, apostó por Romaric y Zokora en la medular, con Rakitic algo más adelantado por detrás de Luis Fabiano. Los dos marfileños lo han jugado todo en enero, y se nota. Se nota en la poca movilidad del equipo, se nota en el poco dinamismo y en las pocas opciones que tenía en la salida del balón el Sevilla. Con eso, al Málaga no le resultó difícil controlar a los nervionenses. Estrechó el campo, adelantó la defensa, apostó por la contra y pudo provocarle algún disgusto a Palop en la primera media hora. Porque al tener pocas opciones y perder reiteradamente la pelota, en muchas ocasiones por la obstinación de Navas y Perotti en el uno contra uno y otro por balones largos mal dirigidos, el Málaga lograba coger descolocado al Sevilla, si bien no están tampoco los costasoleños para muchas alegrías y desperdiciaron varias contras claras, con Maresca de estilete en este aspecto.
Las pocas ocasiones que tuvo el conjunto hispalense, o aproximaciones, vinieron de alguna acción individual de Luis Fabiano o alguna intervención ocasional de Rakitic, que cuando intervino (no demasiadas ocasiones, o porque no le buscaban sus compañeros o porque no lo encontraban) aceleró la velocidad del juego y las transiciones sevillistas. Pero la mayoría de las ocasiones el peligro se esfumaban en las acciones individuales o en intentos vanos por inadecuados.
La segunda parte, sin embargo, comenzó con una ocasión clarísima de gol para los sevillistas. No llegó fruto de ninguna combinación ni de ninguna jugada, sino de una sucesión de rebotes que dejaron a Alexis solo en el área para que la tirara fuera el malagueño (49'). Porque de manera ordenada, en combinación, en ataque posicionado, ni en contragolpes, pudo el Sevilla hacerle cosquillas a los malagueños, que por otra parte tampoco inquietaban. El caso es que entre inoperancias de unos, nulidades de otros, lesiones por aquí, pérdidas por allá, los minutos se agotaron sin ocasiones. Apenas un cabezado de Kanouté (67') hasta el final del partido, que además llegó con alivio, porque Palop salvó el gol del Málaga en el 94.
El Sevilla dejó ir dos puntos más del Sánchez Pizjuán, y ya van... Así no hay remontada que valga ni reto posible.