Negredo, Romaric y el carácter dan mucha vida al Sevilla (3-3)

El Sevilla ha confirmado en El Madrigal que su mejoría empieza a estar acompañada no sólo de resultados. En un choque loco y muy abierto, los de Manzano no fueron inferiores a un Villarreal que hasta en dos ocasiones llegó a tener dos goles de ventaja. El partido comenzó sin un dominador claro. Ambos equipos se repartían la posesión del balón pero sin crear ocasiones claras, de hecho hasta el minuto 20 de partido Javi Varas y Juan Carlos fueron meros espectadores de un pobre partido de fútbol. Todo ello hasta que los castellonenses metieron una marcha más y en apenas cinco minutos parecían encarrilar la eliminatoria ante la enésima pasividad de la zaga hispalense y la mala colocación de Dabo, a quien Cani, Marco Ruben o Rossi le ganaban la espalda con una facilidad pasmosa. Apenas necesitó el Villarreal cuatro minutos en mostrar más que el Sevilla para adelantarse en el marcador. Una jugada colectiva acabó con un disparo a bocajarro de Rossi, que desvió acertadamente Javi Varas. El rechace lo enganchó Cazorla desde la frontal del área, su remate golpeó en un defensa sevillista y el balón acabó en las botas de Cani, que con una volea adelantó a los castellonenses. El gol destrozó a un Sevilla espeso en ataque y vulnerable en defensa, vamos, en su línea de esta temporada.
Cinco minutos después Rossi cogió otro rechace al borde del área y con la colaboración de Alexis hacía el segundo para un Villarreal que se veía ya muy cerca de las semifinales sin grandes exigencias. Sin embargo, con Kanouté en el banquillo y Luis Fabiano lesionado, el Sevilla volvió a demostrar su enorme pegada. En una acción aislada, de hecho fue el único disparo sevillista entre los tres palos de Juan Carlos en todo el primer tiempo, los de Manzano se metían de lleno en el partido y en la eliminatoria. Un sensacional pase de Romaric fue aprovechado por Negredo con una acción de delantero centro puro. El madrileño le ganó la espalda a Catalá, puso el cuerpo delante para evitar la reacción del defensa amarillo, controló el balón de forma impecable y remató al fondo de la red. 2-1 poco antes del descanso, no era ni mucho menos un mal resultado después de como pintaban las cosas.
En el segundo tiempo parecía que como si de este partido dependiera todo la eliminatoria. Los dos equipos atacaban con todo y dejaban espacios atrás, dejando el marcador abierto a cualquier contingencia. Fruto de ello estuvo a punto de llegar el tercero del Villarreal, pero Javi Varas le ganó la partida a Rossi. Sin embargo, los de Garrido no fallaron en su segunda ocasión. Marco Ruben remató al fondo de la red un centro desde la izquierda de Capdevila, tras una nueva progresión amarilla por la banda de Dabo. El Sevilla esta vez no se escondió, sino todo lo contrario. Negredo estuvo a punto de responder al tanto castellonense en posición dudosa, pero remató demasiado forzado como para dirigir el balón. Sin embargo, poco después apareció de nuevo Romaric para asistir al madrileño que cabeceó a la red en el segundo palo un centro medido del africano. Y con esto no estaba todo dicho en esta locura de encuentro. Capdevila estuvo primero a punto de hacer el cuarto para el Villarreal y luego llegaron las jugadas polémicas. Dos goles anulados, uno a Negredo y otro a Marco Ruben. Ambos parecieron decisiones acertadas de Undiano Mallenco, el primero por salir el balón antes del terreno de juego y el segundo por fuera de juego.
Y entonces llegó el juego duro. Capdevila, Kanouté, Alexis, Marco Ruben... todos ellos vieron tarjetas de sobra justificadas después de un partido bastante limpio. El Villarreal se notaba muy cansado y lo mejor aún estaba por llegar para este Sevilla con un carácter diferente al de semanas pasadas. Si alguien merecía algo más en los minutos finales, ese era el equipo de Manzano, que lo consiguió a base de orgullo y fútbol, que también hacía falta. Hasta ese punto llegó la historia que fue Alexis con un remate ajustado al palo quien estableció el empate a tres. Un resultado muy favorable para la vuelta y más teniendo en cuenta que el partido comenzó con un 2-0 o un 3-1 en contra, como prefieran.