Primer día del talismán Belsué tras el parón
Este lunes, el delegado del Real Zaragoza, Alberto Belsué, ha regresado a la Ciudad Deportiva para acompañar al equipo en su puesta a punto, dos semanas antes de la reanudación de la temporada. El zaragozano ha vuelto con el grupo tras el ERTE del club, que también le afectó a él. Algo que no ha impedido que siga siendo el talismán para los jugadores.
Desde su llegada a ese puesto de delegado a finales de 2015, Belsué ha sido muy querido por los jugadores. Ven en él un miembro más del cuerpo técnico al que escuchar y se dejan recomendar por él. Lógico por el pasado que tiene en el club y en el mundo del fútbol.
Se trata de una voz autorizada y los jugadores lo saben. Por eso es tan importante su vuelta con el grupo. Belsué es un símbolo en el club y uno de los miembros del club que apoya y aconseja a los jugadores por su pasado como futbolista y como zaragocista.
Una larga carrera en el Real Zaragoza
No muchos jugadores pueden presumir en su curriculum de haber defendido la elástica del equipo del león durante 10 años. Belsué es uno de ellos. Llegó a la primera plantilla del Real Zaragoza en 1988. Se hizo dueño y señor del lateral derecho hasta tal punto de que un jugador como Cafú, leyenda del fútbol a nivel internacional, no pudo arrebatarle el puesto en su año como blanquillo.
Por lo tanto, Belsué fue uno de los héroes de París. También cuenta en su palmarés con la Copa del Rey del año anterior, del 2004. En 1998 puso fin a su etapa zaragocista y antes de retirarse pasó por otros tres clubes: Alavés, Numancia e Iraklis, de Grecia. Desde 2015 ejerce como delegado del primer equipo y quiere conseguir el ascenso como uno más del equipo, porque al fin y al cabo lo es, aunque desde la banda.
