Un brindis frente al espejo

Vuelve la Copa. Vuelve el torneo que tantas veces ha hecho vibrar al estadio municipal de La Romareda. Y lo hace ahora como poco menos que un inconveniente, apenas una distracción para tratar de darle una satisfacción a la afición, ilusionada ahora con la posibilidad de luchar, esta vez en serio, por el ascenso de categoría.

Se verán las caras sobre el césped del coliseo zaragozano dos equipos con un pasado brillante en la competición que, sin embargo, la ven ahora con la distancia de aquellos que no aspiran a volver a levantar el trofeo. Y así, Real Zaragoza y RCD Mallorca rotarán sus piezas para ofrecer la evidencia de que su pensamiento está más en otro lugar, donde se juegan las habichuelas, LaLiga.

Por primera vez, ambos conjuntos se verán las caras aragoneses y baleares con los blanquillos en Segunda y los bermellones en primera. Una circunstancia que, además, se ha encargado de recordar a lo largo de los meses Víctor Fernández, que encontró al Mallorca como el mejor ejemplo de un equipo que permaneció en la parte alta toda la temporada, sin ruido, para acabar asaltando el ascenso en las eliminatorias finales.

Un ejemplo que quiere imitar ahora el Real Zaragoza, que ha conformado durante las últimas semanas un equipo sólido, capaz de ganar casi por inercia. Lo ha hecho, eso sí, frente a rivales de igual o menor categoría. Una capacidad que pone a prueba ahora el Mallorca, un equipo de Primera, que venderá cara la derrota en un partido, que pese a los inconvenientes, hará disfrutar a La Romareda.