El partido de los asuntos pendientes
El Real Zaragoza recibe al Deportivo en La Romareda con varias cuentas pendientes. La primera -y más importante-, alejarse del descenso. Ganar a los gallegos sería dar un golpe casi definitivo de cara a la permanencia, asunto al que está unida la supervivencia de la institución. La segunda, ganar ante la afición y acabar de enjuagarse el mal sabor de boca que dejó el último frenazo en casa ante el Alcorcón. Sucedió hace tres semanas y desde entonces se le ha goleado al Córdoba, pero el recuerdo aún inquieta como un fantasma tras una esquina. Vencer al Deportivo sería una gran forma de reconciliarse con una sufrida hinchada que volverá a registrar una gran entrada.
Queda un tercer asunto pendiente: ganarle por fin a uno de los siete primeros... tras un verano en el que se concienció al zaragocismo de que el único objetivo del equipo era el ascenso, queda quitarse la espina, simbólica y elocuente, de no haberse impuesto a ninguno de los de arriba. Seguro que no será de gran consuelo para nadie, pero es un deber hacerlo. Para lo cual, Víctor Fernández querrá aprovecharse de las buenas sensaciones que dejó la goleada ante el Córdoba. En líneas generales no fue un gran partido, pero dejó cosas destacables como el triplete de Marc Gual o la reaparición de Papu.
En el once inicial no estarán ni Soro ni James, el primero lesionado en Córdoba y el segundo aún tocado de su lesión en la pierna izquierda. Los dos se han quedado fuera de una convocatoria a la que vuelve Aguirre. El rival, el Deportivo, se presenta sin Natxo González, destituido hace unas semanas. Actualmente José Luis Martí ocupa el cargo. La mala racha con el técnico vitoriano (sus últimos siete partidos no los ganó) dejó al equipo coruñés fuera de los play off, posiciones que ahora mismo, en el séptimo puesto, tienen a tiro.