Natxo pone el morbo en una Copa descafeinada

Como cada uno de los últimos seis años a estas alturas de la temporada, la afición zaragocista se debate entre luchar con todo por seguir vivos en la Copa del Rey o por contra dejar a un lado el torneo eliminatorio para centrarse plenamente el el objetivo principal, que no es otro que el del ascenso a Primera.

Esta campaña no es una excepción. La historia del Real Zaragoza parece obligar a honrar la Copa como algo más que el estorbo que puede suponer para seguir creciendo como equipo. Un conjunto, el de Idiakez, cuyo inicio de temporada es el más prometedor de este trayecto en LaLiga 1|2|3 que se alarga ya más de los deseable. El mismo que bien pudo acabarse la pasada campaña de la mano de Natxo González, cuya salida del club empañó un magnífico trabajo.

Será precisamente ese el principal aliciente del encuentro. La vuelta a La Romareda de Natxo González. El técnico vitoriano firmó la mejor temporada del Real Zaragoza en estos últimos años. Pese a una primera vuelta nefasta llevó al equipo a la tercera plaza, cayendo en la primera eliminatoria por el ascenso frente al CD Numancia. Para entonces, ya eran demasiadas las voces que anunciaban su marcha al Deportivo de la Coruña, un pesado condicionante que enturbió la imagen del entrenador de cara a los aficionados blanquillos.

Más allá de eso, poco que contar. El inicio de una misión imposible para los equipos modestos a los que la Copa maltrata imposibilitando cualquier opción de sorpresa. Una oportunidad, eso sí, para los jugadores menos habituales de ambos equipos, que tratarán de reivindicarse en una cita de altura que acaparará buena parte de las miradas de la jornada, en un duelo cargado de historia.