Un Real Zaragoza castigado por las expulsiones

El Real Zaragoza volvió de Cádiz con una mala noticia más allá del resultado. La expulsión de Julián Delmás dejaba al equipo sin el lateral derecho para una cita vital frente al Albacete. No es la primera vez que Natxo González se ve obligado a variar sus planes por las sanciones, ya que el equipo aragonés está entre los equipos que más expulsiones han sufrido a lo largo de la competición.

Hasta en siete ocasiones los jugadores del Real Zaragoza han visto la tarjeta roja, teniendo que tomar el camino a los vestuarios antes de tiempo; siete expulsiones a siete jugadores diferentes: Cristian, Grippo, Verdasca, Zapater, Borja Iglesias, Pombo y Delmás. La cifra convierte al conjunto blanquillo en uno de los más castigados de la competición, únicamente por detrás de Tenerife y Sevilla Atlético con ocho expulsiones y a la altura de Almería y Alcorcón.
En el lado contrario se encuentran las amonestaciones con tarjeta amarilla, en las que el Real Zaragoza se sitúa en el otro lado de la clasificación. Según las cifras de la Base de datos histórica de fútbol, el conjunto aragonés alcanza las 91 tarjetas amarillas, lo que sitúa a los blanquillos en la posición número 16 de esa clasificación, muy por debajo del Nàstic, con 121 y por encima del CD Numancia, el menos amonestado con 74.
Lo que verdaderamente llama la atención es cantidad de expulsiones si tenemos en cuenta el número de faltas cometidas por el equipo. Y es que los aragoneses también están en la parte baja de esa clasificación, concretamente 16º con 545 faltas; lejos de las 671 del Nàstic. En el lado contrario, el Real Zaragoza es el 11º que más faltas recibe (552), una clasificación que lidera la Cultural con 629. En este sentido, los rivales del equipo blanquillo han sufrido un total de cinco expulsiones –Granada, Numancia, Oviedo, Lorca y Cultural–. Es decir, con mayor número de faltas recibidas, el número de expulsiones rivales ha sido menor.
Unas cifras todas ellas que habrá que tener muy en cuenta de cara a los próximos encuentros, vitales en las aspiraciones del equipo y en los que jugar en inferioridad puede ser determinante de cara al resultado final.