El Zaragoza se hunde en el Almería de Pozo

Para los más supersticiosos o suspicaces, el partido ante el Almería podía suponer algo así como una trampa. Y lo cierto es que no estuvieron desencaminados del todo. Al Real Zaragoza le costó salir a competir en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Lleva dos semanas sin mostrar una buena imagen los aragoneses. En tierras andaluzas, se volvió a notar. 

Los blanquillos -de avispa para esta ocasión- salieron especialmente espesos en el primer periodo. Dos minutos les duró la lucidez y el deseo de dar el primer golpe en la contienda. Una llegada en combinación entre Pombo y Borja que terminó con el balón en córner. Esa fue toda la producción ofensiva del conjunto de Natxo González.
Se les apagó la luz y se encendió la del Almería, que sí que quiso tener el balón e hizo correr al Real Zaragoza a su estela. Incómodo sin el balón, el equipo aragonés vio cómo los locales, liderados por Pozo, querían poner fin a su mala racha de resultados. Precisamente fue el jugador que dio el primer aviso con un disparo seco que atrapó Cristian. 
A partir de ese momento, las ocasiones fueron única y exclusivamente para los rojiblancos. Owona probó suerte tras un centro de Fran por la derecha; Alcaraz también probó suerte desde fuera del área; Pozo volvió a probar suerte desde fuera del área con buena intención, pero Grippo se cruzó para enviar a córner.
Tanto va el cántaro a la fuente que al final terminó por romperse en manos del Real Zaragoza. Al filo del descanso, en una jugada de estrategia del club almeriense, Pozo le adelantó el balón en muy buena posición al exzaragocista Fran. En buena posición -y emulando a Marco Asensio- el lateral, esta vez con un rol de jugador ofensivo, mandó un certero trallazo que entró por la escuadra. 1-0 merecido para el Almería que dejaba a los zaragocistas en estado de 'shock', con la segunda mitad aún por venir. 

Desnortados

La segunda mitad no mejoró las cosas. Lo cierto es que los hombres de arriba -ni Toquero, ni Febas, ni Borja, ni Pombo- olieron la bola. El centro del campo tampoco estuvo conectado. Guti, con más corazón que precisión, no dio al equipo la luz que necesitaba. Mientras tanto, el Almería fue el que siguió creando las ocasiones de peligro. 
Pozo estuvo presente en casi todas las jugadas de ataque. Hizo jugar a sus compañeros hasta que se cansó. Por su parte, el Real Zaragoza se quitó un poco la presión cuando Eguaras entró en el campo. Al menos, respiró algo más y conectó algunos balones con sus hombres de ataque. Nuevo tema de reflexión para la semana que comenzará: ¿Por qué no es titular indiscutible?
Entre, cambios, faltas, amarillas y ocasiones para el Almería, no así para los aragoneses, el Almería sentenció el partido. De nuevo Pozo propuso y esta vez el que dispuso fue Alcaraz. El segundo para un equipo local que siempre buscó la victoria y que consiguió finalmente los puntos con merecimiento. Aún tendría tiempo de poner la guinda para los almerienses. Sería, de nuevo, Alcaraz, que se sacaría de la chistera un gol desde el centro del campo tras una buena maniobra de desequilibrio. 
Es momento de reflexionar. Antes había sensaciones pero no había resultados. Ahora no tenemos ninguna de las dos cosas. Natxo, a la desesperada, metió en el campo a Buff y Alaín, pero el marcador ya no se movería. Nuevo revés para un Real Zaragoza que, semana a semana, se aleja poquito a poco de los puestos de arriba y vuelve a acercarse a la zona caliente. Malos tiempos para pensar en premios mayores. Malos tiempos para ser del Real Zaragoza, aunque uno parezca agorero, suspicaz o supersticioso.