Remontada de seis puntos

Cinco jornadas después, el Real Valladolid ha vuelto a ganar cuando más lo necesitaba. Los de Sergio González remontaron el tanto inicial que regaló Míchel Herrero y que convirtió Pione Sisto, para conseguir, merced a los tantos de Óscar Plano y Keko Gontán, una victoria vital (2-1) que hunde al RC Celta de Vigo y aleja a los pucelanos del descenso.

Sabedor de la importancia del duelo, el Real Valladolid afrontaba un partido totalmente trascendental y así lo plasmaba Sergio González con su once: Antoñito Regal en banda derecha en lugar de Javi Moyano y el recién llegado Sergi Guardiola en punta. Un planteamiento valiente y ofensivo que no se reflejó en los primeros minutos del encuentro.

Error decisivo

Tanto el Real Valladolid como el Celta de Vigo salieron muy cautos al envite, máxime al respeto de ambos hacia su rival y el temor a empezar perdiendo a las primeras de cambio propio de las dinámicos de blanquivioleta y celestes. Así, los cerca de 18.000 espectadores del Nuevo Estadio José Zorrilla tuvieron que esperar hasta el minuto 15 para presenciar la primera ocasión del encuentro: una peligrosa falta directa de Maxi Gómez que se fue desviada por muy poco. Fue el primer aviso para un Pucela falto de intensidad en los primeros minutos.

Los locales trataron de reaccionar y buscaron las bandas, pero los centros colgados por sendos costados no encontraron rematador y Rubén Blanco atajó con solvencia todo el peligro aéreo. El partido estaba en punto muerto hasta que un error garrafal de Míchel Herrero, que perdió un balón en la frontal de su área de forma inocente y tras un pésimo control, propició el disparo de Pione Sisto que se coló entre los tres palos después de tocar a un defensor. Corría el minuto once y al Pucela, de nuevo, le tocaba remar contracorriente.

El tanto celeste despertó a los vallisoletanos y las llegadas por banda se intensificaron, pero siempre con el mismo resultado: ni remates en primera instancia ni llegadas de la segunda línea. El Celta de Vigo, cómodo ante los tímidos acercamientos locales, continuó replegado, esperando su oportunidad ante un Real Valladolid cada vez más volcado. Así, continuaron las llegadas locales, pero comenzaron a sucederse los contraataques visitantes merced a la velocidad de Pione Sisto y Sofiane Boufal.

El Pucela acelera

En la recta final de la primera mitad, los de Sergio González dieron un paso adelante, pero el ímpetu y el esfuerzo cayó en saco roto después del flagrante error decisivo de los primeros diez minutos. Keko Gontán comenzó a entrar por banda y con un disparo a las nubes después de una gran jugada individual de Antoñito Regal y un cabezazo a las manos de Rubén Blanco, lo intentó por partida doble. Y con idéntico resultado, Sergi Guardiola hizo lo propio después de una falta lateral y una magistral parada del cancerbero celeste que desbarató la mejor ocasión de los locales.

Entre medias, los visitantes tuvieron el segundo en su mano, pero no estuvieron certeros con el último pase en dos contraataques y dieron esperanzas a un Pucela que aún iba a tener una más. Antoñito Regal fue el último en intentar batir la meta viguesa, pero su disparo a la media vuelta se marchó por muy poquito y puso fin al acoso sin derribo en la recta final de la primera mitad. Así, tras un minuto de añadido, Sergio González y los suyos se retiraban a su vestuario con el objetivo de remontar en casa por enésima vez.

A falta de puntas, bueno es Óscar Plano

A pesar del resultado, la buena noticia para el Real Valladolid es que sin el control de la medular ni la brillantez de un desaparecido Toni Villa, las ocasiones se habían sucedido. Y continuaron llegando en la segunda mitad. De hecho, en las botas de Óscar Plano, allá por el minuto 50, los pucelanos tuvieron su mejor oportunidad de igualar la contienda, pero un colosal Rubén Blanco lo evitó de nuevo. El guardameta visitante se rehizo de una parada al remate de Sergi Guardiola y se estiró para detener, a bocajarro, el disparo del mediapunta madrileño.

No obstante, y a pesar de no haber estado acertado previamente, el gol del Pucela esta temporada tiene un nombre claro: Óscar Plano, quien perdonó una pero no dos. Minutos después de la doble intervención de Rubén Blanco, el ex del Alcorcón recibió un balón en el área pequeña, que previamente dejó pasar Keko Gontán, y la empujó al fondo de las malla para igualar la contienda.

Zorrilla estalló y el Pucela, contagiado, se estiró aún más en busca de los tres puntos. De hecho, al poco de lograr el empate, Sergi Guardiola tuvo el 2-1, pero su zurdazo cruzado se marchó desviado por muy poco. Los de Sergio González, desquitados tras su gol, habían olido la sangre y no querían que su presa, un rival directo a todos los efectos, escapase vivo de Zorrilla.

Un disparo desde la frontal de Toni Villa estuvo cerca de adelantar a los vallisoletanos, pero éste se marchó desviado por muy poco. Fue la última acción del atacante murciano, quien fue sustituido por el italiano Daniele Verde en busca de un revulsivo y más pólvora arriba. Y el efecto fue inmediato, aunque el napolitano no fue el protagonista. Una gran jugada colectiva del Pucela acabó en las botas de Keko Gontán, quien batió a Rubén Blanco con un disparo seco cruzado que rubricó la remontada local. El '24', que llevaba varias jornadas demostrando su importancia, ratificó las sensaciones y su trabajo con un gol de oro.

Oficio y triunfo de oro

De hecho, el de Brunete, al poco de anotar el 2-1, se retiró ovacionado y dejó su sitio a Borja Fernández. Con el resultado de cara, Sergio González apostó por dotar a los suyos de más seguridad y galones para sellar una victoria que podía ser vital. No era para menos puesto que un disparo cruzado de Sofiane Bufal, que se marchó ligeramente desviado del palo izquierdo de Jordi Masip, a punto estuvo de tirar los tres puntos al traste. Fue la última de un Celta de Vigo que capituló en los últimos cinco minutos del partido.

La segunda tarjeta amarilla de Wesley Hoedt, reciente fichaje celeste, dejó a los visitantes con uno menos y complicó, aún más, la gesta que necesitaban para llevarse algo de Zorrilla. Sergio González dio continuidad a su último cambio y apuntaló todavía más la medular con Anuar Tuhami, retirando a un Míchel Herrero que recibió el calor de una parroquia local que expió merecidamente el error del valenciano. Así, el Real Valladolid tiró de oficio para dejar morir un partido que supuso una victoria vital (2-1) para alejarse del descenso y meter de pleno al derrotado Celta de Vigo.