KO indigno

Se acabó el sueño copero para el Pucela. El Real Valladolid de Sergio González empató 1-1 ante el Getafe en un encuentro condicionado por un penalti inexistente señalado por Alberola Rojas y consentido por Gil Manzano, responsable del VAR, que convirtió Ángel Rodríguez y condenó a los blanquivioleta a obrar una machada épica. El gol de Daniele Verde supuso la igualada definitiva para los locales, quienes llegaban a la cita noqueados por el videoarbitraje en las últimas semanas y terminaron KO del todo con la última decisión polémica.

Merced al resultado adverso del encuentro de ida, al Pucela le tocaba afrontar la vuelta con la obligación de llevar la iniciativa en casa y de hacer, como mínimo, un gol, algo que, hasta el momento, apenas había logrado en toda la temporada. El tanto de Ángel Rodríguez en el Coliseum Alfonso Pérez había trastocado los planes de Sergio González y a los blanquivioleta les tocaba adaptarse al nuevo y complicado guión. Y aunque sin mucho éxito, empeño no les faltó a los locales.

El Pucela ni pudo... ni le dejaron

El conjunto vallisoletano salió a por la victoria desde los instantes iniciales, aunque fue el Getafe el que gozó de la primera ocasión. Mientras que el encuentro de ida se necesitaron casi 50 minutos para ver el primer disparo a puerta, los azulones, en Valladolid, no tardaron más de nueve en probar a Jordi Masip, quien detuvo sin complicaciones el tímido remate de Ángel Rodríguez. El Pucela acató la advertencia y se hizo con la manija de un envite que nada tuvo que ver con el ritmo de la ida.

El Real Valladolid encontró en las bandas el camino y gozó de varias ocasiones de gol en las botas de Leo Suárez y Duje Čop, pero ni el argentino ni el croata estuvieron acertados. Nada nuevo bajo el sol. El punta balcánico, además, desperdició una segunda oportunidad de ver puerta para desesperación de un José Zorrilla cada vez más molesto con las pérdidas de tiempo del Getafe. La crispación, no obstante, aún no había alcanzado su punto álgido.

Una acción en la que Hugo Duro caía en el área blanquivioleta terminó en penalti favorable para el Getafe, no sin el consentimiento del VAR. En una jugada donde los más de 11.000 espectadores vieron el piscinazo del punta azulón, quien ni siquiera protestó la jugada, solamente dos personas apreciaron la pena máxima: el colegiado Arberola Rojas y el responsable del videoarbitraje, Gil Manzano. Tras el desconcierto y en el minuto 28 de partido, Ángel Rodríguez convertía desde los siete metros y el Pucela caía noqueado ante un Zorrilla que estalló como nunca.

El gol del Getafe obligaba al Pucela a marcar tres goles para remontar la eliminatoria, pero, tras lo sucedido, lo futbolístico pasó a un segundo plano durante unos minutos. Una tángana entre los locales y el banquillo visitante reflejaba la crispación de un equipo, el blanquivioleta, que desde entonces transformó la rabia y la estupefacción en voluntad para obrar la machada. Y, de hecho, un mano a mano de Daniele Verde en la recta final de la primera mitad pudo acercar la hazaña, pero una buena parada de Chichizola ponía fin a los primeros 45 minutos con ventaja para los madrileños (0-1).

Sin cuartos pero con buenas sensaciones

El paso por vestuarios enfrió los ánimos del Real Valladolid y, afortunadamente, no apagó las esperanzas de remontada. De hecho, el empeño de los blanquivioleta obtuvo su premio nada más comenzar la segunda mitad. Un centro de Antoñito Regal encontraba a Daniele Verde y el napolitano, con los quilates de su pierna zurda, empalaba el esférico para anotar su cuarto gol en la presente edición de la Copa del Rey. Anotado el primero, 'solo' faltaban dos.

Sergio González, tras lograr la igualada, decidió ir en busca de la eliminatoria a pecho descubierto. El técnico catalán dio entrada a Enes Ünal y a Óscar Plano, en detrimento de Duje Čop y Keko Gontán, y encaraba los últimos veinte minutos de eliminatoria con todo el arsenal ofensivo sobre el césped de Zorrilla. Sin mucho fútbol pero con bastante ímpetu, los vallisoletanos continuaron empujando a un Getafe que se limitó a repeler las acometidas locales.

No obstante, la mayor presencia de delanteros blanquivioleta no se tradujo en ocasiones. José Bordalás movió ficha y, con la eliminatoria prácticamente en la mano, decidió dar entrada a Jaime Mata para deleite de un José Zorrilla que recibió con una merecida y sonora ovación al ídolo de la campaña pasada. Y mientras la grada pucelana aún saboreaba la ovación al madrileño, Óscar Plano caía derribado en el área azulona y el colegiado señalaba penalti. A falta de siete minutos para el final, Rubén Alcaraz asumía la responsabilidad de tensar la cuerda de la eliminatoria, pero la maldición de las penas máximas golpeó por tercera vez esta campaña. El centrocampista catalán disparaba al medio y Chichizola, que aguantó en pie con mucha sangre fría, detuvo el lanzamiento y sentenció el pase a cuartos de final.