Un mes de Segunda B

Que el Real Valladolid atraviesa una crisis de juego y de resultados es una realidad. Es innegable. Más allá de las sensaciones, si únicamente tenemos en cuenta los partidos disputados en los últimos 30 días, el conjunto blanquivioleta se encontraría en puestos de descenso. Sería cuarto por la cola con tan sólo cuatro puntos. Una victoria, un empate y tres derrotas es el balance que registran Luis César Sampedro y los suyos desde el 5 de noviembre hasta esta semana, cuando se cumpliría un mes exacto de un Pucela en plena caída libre.

 
A pesar de aspirar a metas mayores a principios de campaña, la situación actual de los blanquivioleta es más propia de un equipo que pelea por evitar el descenso a Segunda B que el que sueña por llegar de Primera División.

Tres duras derrotas

Cuatro puntos  de 15 posibles es el botín que se ha cosechado en los últimos cinco encuentros ligueros. Triunfo ante el Real Oviedo (3-1), empate en el Estadio de El Molinón contra el Real Sporting de Gijón (1-1), y derrotas en el Nuevo Estadio José Zorrilla ante el Club Gimnástic de Tarragona (0-3) y el CD Numancia (2-3), además del tropiezo en el Estadio Ramón de Carranza (1-0).
Una mala dinámica que urge de  una reacción porque más allá de las sensaciones, los números dictan sentencia contra este Real Valladolid si quiere aspirar a metas nobles. De hecho, en este último mes natural de competición, solamente el Real Sporting de Gijón, el Córdoba CF y el FC Barcelona 'B' han conseguido menos que los vallisoletanos con un total de dos por unidades todos ellos.
Por tanto, si únicamente tuviéramos en cuenta estos últimos encuentros a la hora de contabilizar la tabla de liga, el Real Valladolid sería cuarto por la cola y estaría en descenso junto con el conjunto de Paco Herrera, el cuadro cordobesista y el filial blaugrana. Además, las cifras de cara a gol y defensivas también se han resentido, y los pupilos de Luis César Sampedro han encajado un total de nueve goles y tan sólo han anotado seis. A pesar de partir con rumbo a Primera, la situación actual de los blanquivioleta es más próxima al infierno de la Segunda División 'B'.