De lleno en la pelea

Una victoria más, la segunda consecutiva, y cuatro partidos sin perder. El Real Valladolid pareció tocar fondo con la humillante derrota en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán y, desde entonces, ha enderezado su rumbo. De qué manera. El Pucela demostró que lo de Almería no fue un espejismo y lograron derrotar al RCD Mallorca con un doblete de Raúl de Tomás, que alarga su gran momento.

 
A pesar de lo que había en juego para ambos equipos, el partido no comenzaba con la intensidad que cabía esperar, sobre todo, por parte de los locales, que permitían a los baleares llevar el peso en los primeros compases ante un quisquilloso Juan Manuel López Amaya. La pelota no duraba ni un suspiro en los pies de los blanquivioleta y era su rival el que daba el primer aviso. Angeliño Esmorís aprovechaba la fragilidad de la banda derecha vallisoletana y estrellaba el balón en el lateral de la red. Sin embargo, eran los de Paco Herrera los que iban a disponer de la ocasión más clara. Jose Arnáiz se marchaba de su par en banda izquierda y cedía atrás para que un acertado Lucho Balbi pusiera un centro preciso que debía convertirse en gol. Inexplicablemente, De Tomás mandaba la pelota al palo con la portería vacía.

Polémica para abrir la lata

Al contrario de lo que podía parecer, el fallo garrafal del delantero madrileño metía en el choque a los vallisoletanos, que, enrabietados, se hacían con el cuero en busca de enmendar el error cometido. Pero les costaba pisar área y daba la sensación de que, sin tener el control del esférico, eran los bermellones los que estaban más cerca de inaugurar el marcador de un Nuevo Estadio José Zorrilla que se mantenía expectante a lo que ocurría en el césped. Poco después, llegaba una de las jugadas clave del encuentro en una caída del propio De Tomás ante Héctor Yuste en el límite del área. A pesar de las dudas que ofrecía la acción, el árbitro señalaba penalti sin discusión, en medio de las protestas de los jugadores mallorquines. Una pena máxima que esta vez no desaprovechaba el killer del Pucela, que sumaba un nuevo tanto en su cuenta particular pese a que, en el lanzamiento, Roberto Santamaría rozaba la bola con su mano.
El 1-0 terminaba por hacer desaparecer al Mallorca y mejorar al Pucela, que empezaba a cercar la meta visitante con mayor asiduidad. Jose y De Tomás probaban fortuna en dos lanzamientos, pero el cancerbero respondía con dos buenas intervenciones antes de que los futbolistas enfilaran el túnel de vestuarios con victoria momentánea para los locales.

Mismo guión

Conscientes de lo que se jugaban, los de Sergi Barjuán regresaban al campo con otra velocidad. Siempre buscando a Lago Junior en banda derecha, exigían a los blanquivioleta en internadas al área del costamarfileño y en centros laterales a balón parado que obligaban a la defensa a emplearse a fondo. Los de Herrera aceptaban la propuesta balear y fiaban sus opciones a las contras. En una de ellas, Jose tenía la sentencia tras una gran cabalgada. El talaverano dejaba sentados a los zagueros, pero fallaba en la definición. Con todo a favor, mandaba la pelota demasiado alta.
Los minutos pasaban y el guión parecía inalterable. Por eso el técnico bermellón introducía más madera en ataque, dando entrada al expucelano Óscar Díaz y al serbio Dejan Lekic. El entrenador pucelano no se quedaba atrás. Álex López entraba en sustitución de un Míchel Herrero que pedía tiempo muerto y Jaime Mata también sustituía a un Cristian Espinoza que, una vez más, se había vaciado en el terreno de juego.

De Tomás golpea de nuevo

Y el Real Valladolid respondía. Una contra perfectamente ejecutada rescataba a los pucelanos. Jose veía el hueco para mandar el balón en largo a Álex López. El centrocampista gallego templaba y enviaba al otro costado, donde aparecía Jaime Mata dentro del área para servir el gol en bandeja a un De Tomás que fusilaba a Santamaría tras driblar a la defensa.
Sin embargo, el partido no quedaba sentenciado. En un despiste de una zaga blanquivioleta que, hasta entonces, había cumplido con creces, un centro de Lago Junior era rematado a placer de cabeza por Lekic en área pequeña. Un tanto que ponía los nervios en los instantes finales para una afición que respiraba con el pitido final y que, ahora sí, cree en las posibilidades de un equipo que suma 10 de los últimos 12 puntos en juego y que se mete de lleno en la pelea por jugar el play off de ascenso.
 

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