Un triste empate a nada

Era el 27 de septiembre del año 2015 y el Gimnàstic de Tarragona visitaba el Nuevo Estadio José Zorrilla. Regresaba al feudo blanquivioleta después de tres temporadas y recordando con dolor sus últimos encuentros en el estadio vallisoletano. En el último viaje, en febrero de 2012, el Real Valladolid se impuso (4-0). En el anterior, correspondiente a la Copa del Rey, los de Miroslav Djukic golearon (6-0) sin pudor a un conjunto que entrenaba Juan Carlos Oliva. Tras descender a Segunda División B en aquella temporada de doble visita a Valladolid, la pasada regresaban a LaLiga 1|2|3.

 
Era una campaña para volver a verse en el mundo profesional y comenzar a forjar un nuevo proyecto junto a Vicente Moreno. El valenciano, en su tercera temporada en el banquillo tarraconense, viajaba hasta Pucela en la sexta jornada. Parecía, sobre el papel, un encuentro desigual. En confección de plantilla y objetivos a largo plazo para la temporada pero, durante los 90 minutos de juego, el Nástic y el Pucela estaban muy cerca. Demasiado. Los vallisoletanos, dirigidos por Gaizka Garitano, comenzaron a ver las orejas al lobo y sintieron el primer enfado de su afición.
Los pitos con los que se disputaron los últimos minutos del partido y aquéllos con los que se despedía al equipo fueron el primer miedo tras un duelo en el que no ocurrió nada. O casi nada. Dos equipos en formación que no conseguían llegar a la meta rival con la fuerza y la claridad que se les exigía. Por nombre y, muy posiblemente, por exigencia de proyecto y de jugar como local, el Real Valladolid reconocía su miedo tras el duelo. Con poca mordiente ofensiva, el partido dejaba el detalle de ver los primeros minutos de uno de los fichajes estrella de la temporada.

Del Moral, uno más

Tras llegar en los últimos días del mercado de fichajes, en esta sexta jornada el Real Valladolid pudo ver al estreno de Manu del Moral. Sustituyendo a Guzmán Casaseca pasada la hora de juego, el jienense disputaba los primeros minutos de esta nueva etapa. Lo hacía como una cortina de humo para tapar las limitaciones ofensivas de un proyecto que marchaba muy lento. Con aquel triste empate, los pucelanos apenas sumaban ocho puntos en seis partidos. 
No eran cifras malas, pero ocupando el decimotercer puesto se comenzaba a definir un proyecto que, al contrario que el del Gimnàstic de Tarragona, se le veía con problemas desde el principio. El empate en tierras vallisoletanas afianzaba a los de Moreno en la parte alta de la clasificación. Con sólo una derrota en seis partidos, el equipo tarraconense encontraría muy pronto su lugar. La temporada 2015/2016 será recordada por el ridículo blanquivioleta pero, también, por la pelea tarraconense por llegar a Primera División.
Ahora, más de un año después, el equipo catalán regresa a Valladolid. Lo hace sin haber anotado un gol en las últimas cuatro visitas a Pucela y con el miedo de su actual realidad. Una pelea por no descender a Segunda B muy diferente a la ilusión por entrar en el play off. La vida de los catalanes ha cambiado desde su última visita y su puesto en la zona alta es el que busca el equipo de Paco Herrera. Para conseguirlo, no puede fallar en el duelo de este próximo sábado.
Once titular aquel 27 de septiembre de 2015: Kepa Arrizabalaga; Javi Moyano, Marcelo Silva, Juanpe Ramírez, Mario Hermoso; David Timor, Álvaro Rubio (André Leão 81'); Guzmán Casaseca (Manu del Moral 63'), Óscar González, Johan Mojica (Diego Rubio 72'); y Rodri Ríos