Empate sin ambición

Tras la importante victoria (1-3) ante el UCAM Murcia, la previa de la visita del Club Deportivo Lugo al Nuevo Estadio José Zorrilla exigía ambición máxima en los pupilos de Paco Herrera. El equipo blanquivioleta debía exigirse todo para, así, poder dar un paso en su sueño y llegar a la zona de play off. El objetivo durante la semana era claro pero éste cambiaba durante el fin de semana. Las victorias de Cádiz CF, Club Deportivo Tenerife y Getafe CF, unidas al empate del Real Oviedo, hacían imposible que los pucelanos se situaran entre los seis primeros y así, antes incluso del duelo, los pucelanos sabía que vivirían su cuarta semana consecutiva fuera del objetivo del Club.

Pese a todo, el equipo debía dar el máximo. Y casi lo consiguió en la primera parte. En una época en la que se exigen goles y victorias, los de Paco Herrera rozaron su objetivo al ser superiores a los de Luis César Sampedro en los primeros 45 minutos. No consumaron dicha fuerza en goles y pudieron pagarlo en la segunda parte. Con este empate, los pucelanos no terminan de confirmar su ambición. Es más, ésta queda cuestionado. Tras la importancia de ganar fuera del feudo blanquivioleta, el Real Valladolid acumula tres jornadas consecutivas sin perder pero sin mostrar una pequeña regularidad sobre la que confiar la evolución que pueda tener este equipo en el importante y decisivo tramo de campeonato que resta.
El equipo sabe cuál es su objetivo, cómo lo debe hacer pero, sobre todo, con quién lo tiene que ejercer. Repitiendo Pau Torres en la portería y con una línea defensiva que ya es fija para Paco Herrera, no había novedad con respecto al duelo del Estadio de La Condomina. La recuperación de Míchel Herrero no provocaba ninguna variación. Sergio Marcos volvía a ser titular tras su primer partido desde el inicio y Juan Villar esperaba su oportunidad desde el banquillo.

El poder de un goleador

El partido iba a ser parejo. Ya lo aseguraba Paco Herrera en la previa. El estilo de juego similar entre ambos equipos obligaba a entender que el duelo se iba a definir por pequeños detalles. El reparto del balón sería igualado y, como aseguraba el entrenador pacense, el Club Deportivo Lugo tendría la ventaja de poseer en su plantilla a Joselu Moreno, máximo goleador de la categoría. El salto que ofrece el delantero onubense se veía en el inicio del partido. Mientras el equipo local necesita cuatro ocasiones claras para hacer gol, los visitantes aprovechaban la primera opción que tenían para dañar la estructura defensiva de los pucelanos.
En jugadas muy similares, Joselu y Raúl de Tomás hacían los goles del partido. La diferencia estaba en ese acierto que el Pucela había trabajado durante la semana pero que no conseguía en los primeros minutos pese a su elevada presencia en campo rival. Además de tener que remontar, los pucelanos vieron que el rival necesitaba mucho menos para superar a Pau Torres de lo que los de Paco Herrera debían para hacer gol al experimentado Jose Juan. Así, el partido, inicialmente, daba la espalda a los vallisoletanos. Pese al buen juego debían remar y remar para obtener éxito en sus diferentes ataques. En definitiva, el lastre de no tener a un jugador de más de 15 goles en la plantilla.
Aprovechando, en mayor o en menor medidas las ocasiones, el partido llegaba al descanso con un empate que justo o no, daba a ambos equipos el premio del gol. Los dos lo habían merecido en el primer acto. El juego ofensivo y combinativo de ambos conjuntos dejaba un partido abierto, de opciones y de calidad. La segunda parte, con la necesidad y la ambición de ambos de ganar era esperada con la oferta de más opciones de ataque.

A remolque

Con el inicio de la segunda parte era el equipo visitante el que se hacía con el poder del balón, del dominio y del miedo. Un segundo acto era muy diferente al de la primera parte. Si el primero tenía una buen número de ocasiones y el dominio blanquivioleta, el segundo tenía poco peligro en las metas mientras que el dominio era visitante. El Real Valladolid vivía a remolque en los primeros instantes tras la reanudación y Paco Herrera, antes de llegar a la hora de partido, tomaba cartas en el asunto y quemaba su primera bala. Una sustitución muy ofensiva en un claro mensaje de qué quería el equipo pucelano.

La entrada de Juan Villar por Sergio Marcos mostraba que el cuerpo técnico quería un mayor número de ocasiones. Se variaba la formación y el equipo gallego lo pudo comprobar a los pocos minutos. En sus primeros instantes sobre el campo, el '7' probaba a Jose Juan. Sin suerte pero con una ocasión importante. La más destacada del Pucela en toda la segunda parte. Tras ese susto, el dueño seguiría siendo el equipo visitante y Paco Herrera tuvo que ir más allá. Tras un rol muy secundario en las últimas semanas, Alex López saltaba al terreno de juego para unir las líneas pucelanas y volver a hacer protagonista al Real Valladolid. Sorprendentemente, el sustituido era André Leão.
Paco Herrera quería más de su equipo pero no lo conseguía. Los cambios no surtían el efecto que el preparador buscaba y el Club Deportivo Lugo seguía encerrando a los pucelanos en su área. El partido comenzaba a hacerse largo a los pucelanos y éste se encaminaba hacia los minutos en los que el equipo gallego más puntos pierde. Desde el minuto 80 el equipo de Sampedro es otro bien diferente y el Pucela intentaba agarrarse a esa oportunidad con la entrada de Jaime Mata para el tramo final del partido. Ni por esas.

Agónico final

Pese a los tres jugadores de refresco y el cambio de sistema que proponía Paco Herrera, nada surtía efecto. El Real Valladolid llegaba tan roto y largo en el terreno de juego como justo de fuerzas físicas al tramo final del partido. Un equipo fuerte, convincente y ofensivos en los primeros 45 minutos perdía toda al ambición posible en la segunda parte para firmar, con ganas, el empate. El equipo blanquivioleta carecía de personalidad en una segunda parte que partía con un cartel interesante pero que se cerraba con un triste punto para los intereses pucelanos. Lo peor no es el punto, es la escasa ambición mostrada por el equipo en el segundo acto.
Tras todo ello, el poso que deja el partido es el del punto firmado. Con él, obviamente, el Real Valladolid no llega a la zona de play off y se queda a cuatro punto de ella. Sin colocarse entre los seis primeros clasificados, la ambición del equipo queda reducida por la petición de Paco Herrera de dar "un paso adelante" en la previa y que, claramente, no se ha conseguido. Toca seguir remando y seguir esperando que la regularidad llegue a este equipo de tantos altibajos. Parece fácil la petición pero tras 31 partidos oficiales aún no se ha conseguido y el objetivo está ya a más de un partido.