Con 11 metros basta

Borrón y cuenta nueva. El Real Valladolid Promesas se reencontró con la victoria ante el CD Guijuelo con un solitario gol de Santy Samanes por un penalti cometido sobre él mismo en un mal partido de fútbol, totalmente condicionado por el fuerte viento que sopló durante toda la mañana en los Campos Anexos al Nuevo Estadio José Zorrilla y que hizo imposible el normal desarrollo del duelo.

 
De poder a poder. Así comenzaba el encuentro entre dos equipos que ponían mucha intensidad sobre el césped sintético. Unos, para quitarse cuanto antes de la cabeza la dura derrota de Mieres y evitar posibles dudas. Y otros, ante las urgencias que les marcaba su posición en la tabla y los cinco partidos consecutivos sin conocer una victoria que se hacía de rogar. El ritmo era alto; el partido, de ida y vuelta, pero, curiosamente, lo que no había era ocasiones. Aitor Aspas enviaba demasiada alta una falta desde la frontal e, instantes después, Óscar Arroyo estaba a punto de inaugurar el marcador tras un saque de esquina de Santy Samanes.
La presión arriba del Guijuelo atenazaba a los locales, que tenían serias dificultades para sacar la pelota jugada desde atrás. Renzo Zambrano, que volvía al once, apenas entraba en juego y el Promesas lo notaba. Santy Samanes probaba a Kike Royo con un peligroso latigazo, pero eran los visitantes los que disfrutaban de la mejor ocasión en un mano a mano de Manu Dimas ante Dani Hernández que enviaba fuera el delantero segundos antes del descanso.

Quien marca, gana

La segunda mitad comenzaba con tintes similares, pero pronto iba a llegar la jugada que decidiría el encuentro. Una falta dentro del área de Héctor Martínez sobre Santy Samanes era castigada por Sergio Espasandín Cores con pena máxima y el propio extremo navarro se encargaba de materializar el 1-0. El gol no cambiaba en demasía lo que ocurría dentro del terreno de juego e, incluso, el duelo daba un bajón, y empezaban a florecer las imprecisiones por parte de ambos conjuntos. Rubén Albés lo leía y buscaba el segundo tanto dando entrada a Higinio Marín y el control y la calma con Miguel Marí.
Los chacineros tampoco daban demasiadas señales de vida. Solo metían el miedo en el cuerpo a los pucelanos con una falta botada por Aitor Aspas que el viento envenenaba y hacía que el cancerbero blanquivioleta tuviera que esforzarse para evitar el empate, y con un disparo de Julián Luque que se marchaba rozando el palo. Mientras, el filial no encontraba la sentencia. Higinio y Manel Royo disponían de las más claras para rubricar el triunfo, pero no lograban enjaular el cuero. No hacía falta. En un partido poco brillante, el Promesas se llevaba igualmente tres puntos que vuelven a meter presión a la cuarta posición del Pontevedra CF, ahora a un solo punto, tras la severa derrota (0-4) sufrida por los granate en casa ante el Celta de Vigo B.