Un hilo de esperanza

Mallorca nunca ha sido una tierra que haya tratado bien al Real Valladolid a lo largo de su historia. Hasta que hace dos años, cuando Jonathan Pereira fue determinante (1-5), y la pasada campaña, donde Juan Villar firmaba la victoria (0-1), viajar hasta la isla era un terror para el equipo blanquivioleta. En esta ocasión, y desde el decimocuarto puesto, los de Paco Herrera no tenían excusa. Debían comenzar su remontada de puestos para llegar a ese objetivo que el propio entrenador pacense definía hace varias semanas pero que no parece viable. Con resultados así, el sueño es posible. Con un juego así, parece más complicado

 
Como era de esperar para este exigente partido, y más tras conocer la convocatoria para el duelo, Paco Herrera regresaba a su plan principal, aquél de competición liguera y que tiene a jugadores como Alex López, Míchel Herrero o Javi Moyano como cabezas principales. Con ellos, Isaac Becerra, Luciano Balbi, André Leão y Jose Arnáiz, el Real Valladolid formaba con sólo tres jugadores de los que habían sido titulares ante la Real Sociedad. Alex Pérez, Juan Villar y Joan Jordán repetían en un equipo que no estuvo en el liderazgo del partido hasta el inicio de la segunda parte.
En ella, y aprovechando los espacios que ya le había enseñado el rival en los primeros 45 minutos, los pucelanos hicieron daño y golearon en un partido importante para sus intereses. La victoria, la forma en la que se produce y la contundencia del marcador deja un hilo de esperanza muy importante para que el equipo vuelva a la senda que nunca debía haber perdido pero que no existía en los últimos tres partidos.

A merced del rival

Con la propuesta pucelana y el regreso de un centro del campo, supuestamente, dominador desde el balón, lo cierto es que los primeros 45 minutos fueron de inerte dominio bermellón e intento de velocidad pucelana. La presencia en el costado zurdo de Jose Arnáiz otorgaba al Real Valladolid la posibilidad de salir rápido. Una propuesta secundaria que necesitaba de espacios y de la velocidad del de Talavera de la Reina. Esta idea de domino local y de espera visitante se demostraba con el rol que adquiría André Leão con el avance del partido.
El engranaje entre el juego ofensivo y defensivo del Real Valladolid recuperaba en la primera parte más de 10 balones. Un estilo de trabajo y salida rápida que potenciaba la lectura de que los de Paco Herrera no eran los líderes del juego que quieren ser. Pese a ello, y con la confirmación de que el Real Club Deportivo Mallorca intentaba proponer el dominio del balón, uno y otros se marcharon a los vestuarios, tras los primeros 45 minutos, sin exigir ni a un portero ni a otro. Roberto Santamaría e Isaac Becerra se marchaban sin trabajo en un partido muy plano de ambos conjuntos.

Gol psicológico

Todo ese juego uniforme e intrascendente de los primeros 45 minutos cambiaba radicalmente con el inicio de la segunda parte. Un contragolpe muy bien ejecutado por el Real Valladolid regalaba a los pucelanos un brillante resultado. Un transición rápida entre Juan Villar, Míchel Herrero y Jose Arnáiz dejaba en bandeja el gol al '29'. El canterano y máximo goleador del equipo con su quinto tanto de la temporada, cambiaba el partido. Nuevo encuentro para unos y otros que el Pucela debía saber manejar ante los nervios que pudiera generar un rival tan nervioso y exigido.

Si los de Paco Herrera no tenían excusa antes del partido, menos con la ventaja en el marcador. Tras los resultados de la jornada el equipo podía dar un pequeño golpe encima de la mesa para comenzar esa remontada de puestos que se le está pidiendo pero que no llega. La obligación estaba clara pero la sencillez no existiría. Los locales, constantes en su dominio del balón, apretarían mucho al Real Valladolid.
Los bermellones encerrarían en su campo a los pucelanos durante varios minutos y éstos tendrían que aprovechar un nuevo contragolpe para sentenciar el partido. Nuevamente por el costado zurdo, con calidad y rapidez, el Real Valladolid dejaría el encuentro encarrilado antes de llegar a los últimos 10 minutos de partido. El estreno goleador de Alex López como blanquivioleta sería determinante para esta segunda victoria como visitante de la temporada.

Supuesta comodidad

Cierto es que el Real Club Deportivo Mallorca apretaría y mucho al Real Valladolid pero tan verdad como ello es propio afirmar que los de Paco Herrera se vieron cómodos en esa propuesta de liderazgo del equipo local. O, al menos, así lo transmitieron. La idea bermellona dejaba las contras al equipo pucelano y, en ellas, con Jose Arnáiz, Juan Villar o Markel Etxeberria, entrado en el segundo acto para sustituir al '7', los pucelanos se vieron cómodos y pudieron conseguir tres puntos importantes y aumentar el marcador en el tiempo de añadido. Raúl de Tomás, nuevamente sacrificado del once titular, asistiría a Míchel Herrero para que el '21' hiciera el tercer y último gol de la tarde.
Con esta victoria el Real Valladolid deja un hilo de esperanza. El entorno, conocedor de la irregularidad del equipo, entiende que la visita al Iberostar Estadio debe ser la lanzadera que encuentre, por fin, al equipo vallisoletano con su mejor versión, aquélla encontrada pero escondida constantemente.