El miedo a una cuarta derrota consecutiva
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Por muy mal que se hiciera todo durante la temporada pasada, que se hizo, nunca se firmaron cuatro derrotas consecutivas. Esta opción, actualmente, recae sobre el Real Valladolid de Paco Herrera. Consumar tal decepción supondría un revés importante para un equipo que comenzó muy bien el campeonato pero que ha sufrido tres varapalos consecutivos. Esta racha tan negativa no se produce en el Pucela en la ahora llamada 'Liga 1|2|3' desde hace más de diez años. Con Alfredo Merino en el banquillo, el Real Valladolid no sumo ningún punto de doce posibles, opción posible ante el duelo contra la Sociedad Deportiva Huesca.
Al borde del abismo
Para encontrar un recuerdo a esta semejante racha que se puede producir este fin de semana en el Real Valladolid hay que remontarse al finales de la temporada 2005/2006. Después de la salida de Marcos Alonso del Pucela y el 'ascenso' de Alfredo Merino, el equipo no termina de despertar y acumularía cuatro derrotas consecutivas. Desde el 2 de abril y hasta el 4 de mayo, el equipo no conseguiría ningún punto. Más de un mes sin sumar puntos en el que los pucelanos perderían (2-0) ante el Hércules de Alicante en el Rico Pérez, (0-1) ante el Ciudad de Murcia en Valladolid, (2-1) ante el Club Deportivo Tenerife en el Estadio Heliodoro Rodríguez López y (1-2) ante el Sporting de Gijón, de nuevo, en Valladolid.
Una racha que, lejos de sentenciar al entrenador, sumó al equipo al borde del precipicio de la Segunda División B. Si antes del inicio de la racha, el equipo estaba en novena posición, tras los cuatro partidos, se quedaba a seis puntos de la zona de descenso. Por ello, el duelo que el 7 de mayo de 2006 se disputó en el Nuevo Estadio José Zorrilla ante la UE Lleida suponía un partido definitivo.
Joseba Llorente tuvo que tomar el control de la situación para comenzar a ganarse el estatus y el respeto que se le tuvo tras esa y la siguiente campaña. El delantero anotaría dos goles aquella tarde que, sumados al de Víctor Fernández, dieron una sufrida victoria a un Pucela que tuvo que remontar ante el tempranero gol de Mate Bilic, delantero croata que llegaría a empatar el partido antes de que Llorente, en el minuto 80, consiguiera el tanto de la victoria.
Racha de Primera
Sumar cuatro derrotas consecutivas es un bagaje inesperado y muy difícil de firmar. El último dato, en Segunda División, se remonta a 2006 pero, en Primera División, más cercano. Con José Luis Mendilibar en el banquillo, el equipo firmaría en dos temporadas consecutivas tan temida racha. Por suerte, el objetivo final de la temporada se terminaría firmando y el Real Valladolid, en aquellas ocasiones, firmaría la salvación. Ahora, el objetivo es cerrar la racha y tras ella poder mirar al objetivo final cara a cara pese a la distancia en la que esté.