Un Pucela más hecho
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Contando a Jose Arnáiz, al cual Paco Herrera considera del primer equipo desde su llegada al Estadio José Zorrilla, el actual Real Valladolid cuenta con 18 jugadores a solo once días del debut liguero ante el Real Oviedo. Sin contar, obviamente, a los descartes. Pese a lo que pueda parecer y las grandes diferencias que el actual proyecto tiene con el que Gaizka Garitano diseñaba la temporada pasada, éste y el último Pucela solo se diferencian en dos jugadores a estas alturas ya que hace un año la propuesta del de Derio tenía 16 futbolistas. La falta de los seis fichajes que se realizaron en aquel equipo demuestran la ausencia de un proyecto tan fiable como, por el momento, sí parece que es el actual, aquél que sólo necesita dos retoques ofensivos.
Sin Pedro Tiba, Diego Rubio, Erick Moreno, Javi Moyano, Bruno Varela y Manu del Moral, que llegaron en el tramo final de la pretemporada 2015 e, incluso, con la temporada ya comenzada como ocurrió en el caso de cinco de estos jugadores, el Real Valladolid del pasado mostraba peores hechuras que el actual, una formación que con solo dos jugadores más y una plantilla que con toda seguridad será más corta que la anterior, transmite más seguridad, mejor formación y un estilo más definido.
Defensa hecha
En los últimos años en Segunda División ha quedado patente que los éxitos ya no llegan solo por el gol. Los conjuntos menos goleados de la ahora llamada 'Liga 1|2|3' tiene más opciones que el resto por vivir en los tres primeros puestos. SD Éibar, Sporting de Gijón y CD Leganés son tres ejemplos de una idea que Paco Herrera ha instaurado en el equipo y en su diseño. Con la defensa cerrada desde la llegada de Igor Licnnovsky, el Pucela posee dos jugadores por puesto, algo que en la pasada campaña no se consiguió hasta el fichaje de Nikos Karampelas en el final del mercado invernal.
La circunstancia de ver la retaguardia formada y con un estilo definido y con diferentes alternativas de juego, el Real Valladolid genera seguridad y estabilidad. Todo lo contrario de hace un año donde las apuestas por Mario Hermoso y Juanpe Ramírez marcaban el éxito o no del entramado defensivo del Real Valladolid. La idea actualmente es diferente. Nadie lo duda. Los errores del pasado obligaban a tal cambio.
Diferencias ofensivas
Dejando a un lado el centro del campo, donde se marca la diferencia de un proyecto y su estilo y el otro, las variantes ofensivas que posee el Pucela actualmente son mucho más elevadas que las de hace un año. La pasada campaña a estas alturas Rodri Ríos era el único jugador del primer equipo con opciones de '9'. Caye Quintana, que debutaría en El Arcángel, se sumaba al soriano pero sólo hasta las incorporaciones del 31 de agosto.
Con el ataque de Braulio Vázquez al mercado portugués, el onubense recaló en el Promesas. Hasta entonces, el actual jugador del Córdoba CF era la única variante de una zona ofensiva que ahora cuenta con muchas variantes. Sumando en ellas a Juan Villar tras la instauración del nuevo dibujo táctico, Jaime Mata, Ibán Salvador y Jose Arnáiz regalan muchas alternativas a un Paco Herrera que no se queja de su plantilla.
Con todo esto el entrenador catalán se mostraba contento del nivel y la diversidad de jugadores con los que cuenta. La valoración la hace sobre sus peticiones y necesidades. El entorno del equipo va más allá. Recordando la formación de la temporada pasada y las dificultades para la creación del proyecto de Gaizka Garitano, lógicamente éste ahora se muestra mucho más ilusionado y convencido del Pucela. Lo ven más hecho. Mucho mejor formado pese a tener sólo dos jugadores más de hace un año.