Tocata blanquivioleta en Pasarón

El estilo Herrera empieza a cuajar en la pretemporada del Real Valladolid. El cuarto amistoso del verano mostró a un Pucela que va definiendo un modelo de juego de toque e intensidad en todas las líneas, se ataque o se defienda. Liderados por Álex López en el centro del campo y con un once con muchos presumibles titulares en el primero partido oficial frente al Real Oviedo en exactamente tres semanas, los blanquivioleta se lucieron con un recital de toques frente a un Pontevedra peleón que supo frenar la tercera línea del Real Valladolid, algo más apagada, pero que solo pudo mirar como la medular pucelana bailaba sobre el césped de Pasarón.

Dominio sin oportunidades

Sin embargo, al Real Valladolid le faltó mordiente y ocasiones. Contadas con los dedos de un mano, la ausencia de inicio de Jaime Mata apagó el potencial ofensivo de los visitantes, que el mayor peligro lo crearon a balón parado pese al mínimo tiempo dedicado en los entrenamientos a la estrategia. Rafa tuvo la primera en su cabeza tras rematar con valentía un balón colgado por Joan Jordán, al que se le han otorgado galones desde los flancos.
Poco después lo intentó Sergio Marcos, en una de las llegadas más peligrosas de todo el partido, sentando sobre la línea de fondo a un defensor local que miró desde el suelo como Sergio se equivocaba en la elección final. No obstante, el alcarreño dejó una prometedora versión, soltándose y moviéndose con cierta libertad arriba.

Irrupción de Ibán Salvador

Si Jordán manda desde los laterales, al borde del área, el poder es de Ibán Salvador, al menos cuando está sobre el césped. Así llegó el gol del Real Valladolid en Pasarón. Una internada de Javi Moyano y el balón colgado buscando la irrupción de Juan Villar acabó con el onubense en el suelo al borde del área. Pérez Pallas, árbitro de Segunda División, señaló falta, y el caos para formar la barrera en el Pontevedra animó al Pucela a sacar rápido.
Se equivocaron los de Herrera, pero el colegiado otorgó una segunda oportunidad que llevó a Salvador a buscar la calma y el lado derecho de la portería defendida por Santi Canedo, cuya estirada fue imposible ante lo ajustado del disparo del delantero catalán, que ha demostrado una esperanzadora pegada en sus minutos disputados con el Real Valladolid. Sin muchos alardes y con mínima verticalidad, el tiempo pasó hasta el descanso con las piernas pesando y el esfuerzo dosificado.

Santi Canedo evitó el segundo

La segunda parte no ofreció nada del otro mundo. Los titulares aguantaron sin excesos hasta el 70 y solo una ocasión de Juan Villar acercó el segundo al marcador de Pasarón. A 25 minutos del final, nueve cambios. Solo Pau y Zambrano, que entró en el descanso, aguantaron sobre el césped.
La idea siguió siendo la misma, algo requerido por Herrera durante los últimos entrenamientos. La más clara fue para Jose, que armó un buen disparo pero se encontró con una mano espléndida de Canedo. El Pontevedra tuvo una llegada peligrosa para forzar los penaltis a diez minutos del final. pero el Real Valladolid levantó por tercera vez consecutiva el Trofeo Ciudad de Pontevedra.