Pablo Machín, la base del exitoso Girona

Pablo Machín llegó al Estadio de Montilivi el 10 de marzo del año 2014. El club llamaba al preparador soriano en una situación desesperada. Eran últimos clasificados y el objetivo de la salvación estaba a más de cinco puntos. Los catalanes debían remontar esa diferencia para salvar la categoría y lo intentaban con el tercer entrenador de la temporada. Consiguieron el objetivo y al año siguiente rozaron el ascenso a Primera División. Ahora, con una racha brillante, vuelven a tener opciones de pelear por el ascenso a través del play-off.

 
Los objetivos conseguidos en estas tres temporadas y los sueños creados tienen un gran protagonista: el propio entrenador soriano. Con él en el banquillo de Montilivi, las cifras del equipo son brillantes. Estratosféricas. Tras 94 partidos de liga regular, el Girona FC se ha impuesto en 45 partidos, más del 47%, ha empatado 27 y sólo ha perdido 22. La seguridad defensiva es tal que en los casi 100 partidos disputados hasta la fecha, los catalanes sólo han encajado 75 goles, mientras que ha anotado 125. 
Los datos son brillantes y la sensación de que Pablo Machín es un hombre histórico para el Girona, también. Sin duda. El nombre del ex del Club Deportivo Numancia es parte del club. Su trabajo ha salvado al equipo de un descenso a Segunda División B que parecía irremediable y le ha dejado a las puertas de Primera. Ahora, en esa nueva oportunidad de llegar a la élite, tanto él como el club utilizarán la experiencia del año pasado, una temporada mágica e irrepetible pero que deja un regusto tan amargo como duro en el seno del club catalán.

Con la punta de los dedos

Aquel encuentro contra el Club Deportivo Lugo en Montilivi del pasado 7 de junio es uno de los momentos más duros de la carrera del entrenador y de la historia del club. No se consumó un descenso. Se dijo adiós a una oportunidad histórica. El gol de Pablo Caballero en el tramo final decía adiós al ascenso directo. En el último momento se truncaba el sueño y se eliminaba el trabajo de toda una temporada.
El momento más amargo de la carrera de muchos de esos integrantes llegaba en el momento más decisivo. El equipo tocó la gloria con la punta de los dedos pero el mazazo fue tal que el equipo no supo digerirlo. Costó asimilarlo. El play-off llegó muy pronto, sin tiempo para la reacción y con muchas heridas abiertas. Pese a su gran partido (0-3) en el Estadio de La Romareda, el fútbol le tenía preparado otro golpe. La remontada del equipo maño en Montilivi (1-4) pasará a la historia del club aragonés y debilitó más aún el trabajo del equipo de Machín. Tras aquel día todo quedó borrado, quemado y calcinado. 
Tocaba empezar de cero y hacerlo con dificultades. Coqueteando con la zona de descenso a Segunda División B, el duro trago del final de la temporada anterior seguía doliendo en el club. Nadie había conseguido formatear su mente. Le costó hacerlo al equipo pero, asimilado el golpe y el mazazo, el Girona ha crecido y ya está en la zona de play-off. Con esa fuerza y el empuje con el que ha guiado Machín al Girona durante más de dos años, los catalanes llegan a Zorrilla este martes para seguir creciendo en su objetivo tan diferenciado del Real Valladolid.