El Alavés demostró en Zorrilla su proyecto

En la actualidad, el Deportivo Alavés de Pepe Bordalás está asentado en la zona alta de la categoría. Suma varias semanas en los puestos más altos de la clasificación, aquéllos que llevan a Primera División de forma directa, pero en la primera vuelta no era así. Cuando los vitorianos llegaron al Nuevo Estadio José Zorrilla a principios del mes de diciembre en el séptimo encuentro de Miguel Ángel Portugal en el Real Valladolid, dieron un golpe sobre la mesa. Demostraron que no iban de farol y cuál era su proyecto, aquél que lucha por regresar a la máxima categoría diez años después.

 

Superioridad

Pese a que el resultado que reflejó el marcador de Zorrilla fue de una derrota por la mínima (1-2), el juego, las ocasiones y las sensaciones dejaron a un equipo muy superior sobre el campo. Los visitantes dominaron muchas facetas de juego y solo con el empate de Juan Villar al comienzo de la segunda parte, el equipo local estuvo cerca de su rival y de la victoria. En el resto del partido, el conjunto vitoriano fue muy superior a un Pucela que sumaba su segunda derrota tras el cambio de entrenador y, otra vez, en casa.
El tanto que Dani Pacheco firmó en la primera parte alejaba las opciones pucelanas desde bien pronto. El encuentro comenzaba mal para los blanquivioleta, que tenían que asumir un gol muy tempranero. Con una derrota desde el minuto seis, el equipo perdió mucha fuerza y, conseguido el objetivo del empate, no supo qué hacer. Había gastado su energía en la igualada pero ya no sabía qué más hacer en el partido. La fuerza se había desgastado y Kiko Femenía ajusticiaría con un golazo pasada la hora de partido.
Una gran jugada individual del alicantino valía para una victoria de mucho peso. Con los tres puntos obtenidos en Zorrilla, los vitorianos asaltaban los puestos de ascenso directo. Con 29, superaban a rivales para conseguir el sueño. Mientras tanto, dejaban al Real Valladolid en la zona media-baja y a nueve puntos de diferencia.
El desnivel entre unos y de otros se demostraba en el partido. Mientras los de Bordalás sabían qué hacer en todas las circunstancias del juego, los de Portugal mostraban detalles de formación. El equipo aún no había asimilado todos los cambios que pedía el nuevo entrenador y el Pucela claudicó nuevamente en su estadio para firmar una triste racha de un punto de nueve, justo la mitad de la que lleva en la actualidad.

Un once irrepetible

Aquella tarde, preso de las pruebas que seguía haciendo sobre el equipo, Miguel Ángel Portugal formó con un once irrepetible. Varias piezas casi desconocidas hasta la fecha o muy poco usadas durante la temporada se juntaban en el terreno de juego. Mientras algunos jugadores de poco peso como Alejandro Alfaro o Diego Rubio se veían en el once, otros de relevancia, como Rodri Ríos, Marcelo Silva o André Leão lo vivían en el banquillo. En definitiva, un once con pocas opciones de repetir en la actualidad que perdió y que vio como este Deportivo Alavés tenía proyecto para más de lo que había firmado en otras temporadas:
Kepa Arrizabalaga; Javi Chica, Juanpe Ramírez, Mario Hermoso, Ángel García; Álvaro Rubio, David Timor (André Leão 65'); Juan Villar, Óscar González (Guzmán Casaseca 59'), Alfaro (Rodri 73'); y Diego Rubio.