Pamplona cierra la temporada del Pucela

El Real Valladolid tenía la obligación de cambiar su imagen en el partido de El Sadar. Tras los últimos resultados pero, sobre todo, después de las sensaciones de las últimas salidas, el equipo de Miguel Ángel Portugal se la jugaba y lo hacía con pocos cambios en el once titular. Pese a que durante la semana se había trabajado un cambio de sistema, el míster burgalés sólo realizaba los cambios que le obligaba la expedición. Sin Mario Hermoso, lesionado tras su operación de la mano, y sin Roger Martí, sancionado tras su incidente después del partido ante el Real Zaragoza, el Pucela no cambiaba mucho.

 
El equipo no cambiaba mucho en la propuesta y, logicamente, tampoco en el juego. Durante la primera parte el dominio fue íntegramente local. Sólo tras el gol de Nino los de Portugal dominaron ciertas fases del juego y vivieron cerca del gol. El empate parecía estar cerca pero el descanso llegó y la buena dinámica del Real Valladolid en los últimos 15 minutos de primera parte se frenaba.
Tras ese doloroso parón, el Real Valladolid mostró debilidades mientras Osasuna contaba los minutos par el final del partido. Si a los locales no les interesaba que ocurriese nada, los visitantes no eran capaces de crear nada que pudiera dar un giro a la dinámica del partido que llevaba a aumentar la crisis de resultados de un equipo que ve como Pamplona será recordada por el cambio de objetivo del equipo. El Sadar dice que el ascenso es imposible y que la lucha por la permanencia es una triste realidad.

Dominio rojillo

Los primeros instantes del partido marcaban cómo iban a ser los primeros 45 minutos. Los locales comenzaban con una intensa presión y los pucelanos vivían de forma secundaria el partido. Replegados y con demasiada presencia en su propio campo, los blanquivioleta vivían con dificultad el inicio. Los rojillos, por su parte, vivían cómodos con el balón. Lo tenían, lo dominaban y, poco a poco, se iban acercando a la meta de Kepa Arrizabalaga. Pese a que el portero vasco no tenía demasiada influencia en el juego, el miedo de recibir un gol se mascaba en el área pucelana. La sensación de peligro del equipo local era altísima y se terminó cumpliendo pasada la primera media hora de juego.
El de siempre, Nino, rompía la igualdad en el marcador que se merecía el juego de unos y de otros. Mientras los pucelanos vivían acogotados y miedosos, los pamplonicas mostraba energía y tensión por conseguir el objetivo de la victoria. Así era fácil de entender el resultado que el veterano delantero instauraba en el minuto 34.
Curiosamente y cuando nadie lo espera viendo la experiencia el Real Valladolid en estas circunstancias, los de Portugal crecieron. Dieron un paso al frente y adelataron líneas. Así, Rodri Ríos comenzó a entrar en juego y Manu del Moral inició movimientos para caer sobre las bandas y generar una salida de balón. Pequeños atisbos de fútbol aparecían en un Real Valladolid que cuando se quiso dar cuenta se tenía que ir al vestuario y cerrar su mejor racha de juego y creación de ocasiones en las últimas cinco jornadas.

Nula segunda parte

Si el descanso venía mal al equipo de Portugal, éste era bien recibido por el conjunto local. Lo necesitaba. Viviendo los peores minutos del partido, el inicio de la segunda parte demostró cuánto necesitaban ese intermedio. Con un cambio de actitud y el regreso de su liderazgo, los de Enrique Martín comenzaban muy fuerte tras la reanudación. Una fuerte presión volvía a hacer dudar a un Real Valladolid que sufría un percance al poco de iniciar. La lesión de Juanpe Ramírez obligaba a iniciar unos cambios que Miguel Ángel Portugal, esta vez, sí realizó con rapidez. 
Pese a la entrada de Samuel Llorca, Borja Fernández y Vincenzo Rennella los limitaciones futbolísticas del Real Valladolid eran patentes durante todo el partido. El ímpetu del equipo era alto pero el juego muy débil. Sin aprovechar los buenos momentos antes del descanso, el Pucela tenía que esperar un error rival para poder darles caza en el marcador y frenar la mala racha de resultados del último mes.
Por inoperancia de los pucelanos  y por interés de los locales, la segunda parte resultó nula. No ocurrió nada de interés y el Pucela acumuló su cuarta derrota en las últimas cinco jornadas. Pese al ímpetu y profesionalidad del equipo, el Pucela sigue buscando su fondo. Con un punto de los últimos 15 posibles, Pamplona cierra la temporada en lo que a ilusiones se refiere. Con esta racha de juego y resultados, ante el Club Deportivo Lugo comienza una nueva temporada para los pucelanos, aquella que obliga a mirar hacia los puestos más bajos de la clasificación.