Nuevamente fue imposible remontar

Muchos son los problemas del Real Valladolid durante esta temporada. Muchos y muy diversos. La falta de personalidad en el juego. El escaso rendimiento de algunos de sus futbolistas. La ausencia por lesión de jugadores relevantes en el proyecto. Todos lo que se mencione son ciertos, de igual forma que lo es la nula fortaleza del equipo. En la derrota ante el Real Zaragoza, el equipo de Miguel Ángel Portugal demostró que no está capacitado para remontar partidos y que cuando recibe un gol, es imposible que pueda llevarse los tres puntos.

 

Muchos intentos

Es cierto que, ante los maños, el equipo tuvo varias y claras ocasiones, pero el tanto de Manu Lanzarote en el minuto seis fue un lastre muy importante. Al equipo le costó mucho igualarlo y nunca consiguió superarlo. Una vez más la tristeza de la realidad blanquivioleta fue así, pero esta vez con doble dolor. Si solo se han conseguido esta temporada seis puntos tras superar un gol, pero nunca gracias a una victoria, ante el Real Zaragoza todo murió con el gol de Pedro Sánchez.
El tanto del ex del Córdoba o Alicante certificaba la derrota del Real Valladolid. Con su gol en el minuto 61 el Pucela murió. Lo hizo preso de la desesperación y de la poca claridad en su juego. Con el equipo rival por delante, le cuesta mucho asumir riesgos y sumar puntos.
Nuevamente se demuestra que el equipo de Miguel Ángel Portugal no tiene fortaleza y tal hecho se paga muy caro en la categoría de plata del fútbol español. En partidos de golpes en los que el que sabe recibir más que dar, tiene mucho ganado, el Real Valladolid no compite en la exigencia. Con goles tempraneros o tardíos, al equipo le cuesta contestar y el bagaje de éxito es triste. Seis empates tras comenzar perdiendo el encuentro es un sinónimo más de la pobre temporada que está firmando el equipo y que, ahora, le tiene con el ascenso muy lejos y con el descenso pisándole los nervios.