En parte, Miguel Ángel Portugal tenía razón

El discurso de Miguel Ángel Portugal en su rueda de prensa tras perder (1-2) ante el Real Zaragoza pareció sorprendente en un inicio. Seguir confiando tanto en su equipo y en el objetivo que ha puesto para éste obliga a pensar que es ajeno a la realidad blanquivioleta. Pese a ello y analizando los datos y estadísticas del juego del Real Valladolid en el duelo ante el equipo de Lluís Carreras, el técnico burgalés tiene algo de razón. Una pequeña parte. Después ya es opinión de cada uno que ese resultado y esas estadísticas valgan como excusa o no.

 
Durante su comparecencia en la sala de prensa del estadio José Zorrilla el técnico blanquivioleta hablaba de que su equipo había hecho un gran partido. Llegó a afirmar que "he visto a pocos desplegar el fútbol ofensivo que hemos hecho hoy". El rendimiento era altísimo para él. Las ocasiones, no. Su Pucela caía derrotado ante el Real Zaragoza en el césped pero no en el juego. Parecía que las sensaciones que dejaba el equipo eran muy buenas y, en una pequeña parte, Miguel Ángel Portugal sí tenía razón.

Casi, casi

Es cierto que el discurso es exagerado. Los términos tan elevados de alabanza que utilizó el míster pucelano se alejan de la realidad. Por ejemplo, este Pucela y, sobre todo, muchos otros han hecho mejor fútbol ofensivo. Sin ir más lejos, su Real Valladolid en la victoria (2-0) ante el Córdoba. Tuvo más fuerza y más pegada. Es posible que no generara tanto intento de gol pero sí mostraba más regularidad en el juego y un estilo más propio.
Portugal hablaba de que se habían conseguido "25 centros por delante de la defensa". Tristemente, solo cinco fueron asistencias de remate. El resto, al limbo. Fueron muchas las acciones intrascendentes que generó el equipo y varios los jugadores que tuvieron que salir de zona para crear algo juego o alguna ocasión. Manu del Moral, uno de los jugadores más activos del Real Valladolid en el partido tuvo que bajar a recibir a zonas alejadas y tuvo que caer a banda más de la cuenta. El espacio entre líneas era muy grande. Demasiado para asustar a la defensa rival.
El equipo le ponía intención. Por coraje no fue pero por limitaciones sí. Calificar si estas deficiencias son técnicas, tácticas o físicas es difícil pero lo que sí es cierto es que el Real Valladolid no se puede permitir el lujo de aislar a su delantero. La calidad de Roger Martí tiene que aparecer y con el equipo muy alejado de él, el Pucela pierde a uno de sus activos más importantes.

La soledad de Roger

El delantero valenciano no está en un buen momento. No influye en el juego, no crea ocasiones y no es importante. Está nervioso y desesperado y se le nota en el día a día. Ante sus ex del Real Zaragoza el problema es que estuvo dónde jugaba él y por dónde pasaba el juego. Tal fue el aislamiento que vivió con el planteamiento de Portugal y el resultado de éste que el '23' blanquivoleta sólo contactó con el balón en 19 ocasiones. Teniendo en cuenta que cinco de estas ocasiones fueron en campo rival y sólo dos en el área de Manu Herrera, se entiende el resultado del partido y del jugador.
Puede ser, como muestran los datos y como celebró Portugal tras el partido, que la idea del Pucela saliera y fuera buena. El equipo trabajó por fuera y consiguió muchos datos positivos. Pese a ello, la distancia entre líneas y el nulo uso del último cuarto del Real Valladolid destrozó sus opciones. Si por combinación y juego por fuera el equipo mereció más, por finalización y aprovechamiento de todo el campo, no. El Pucela no fue merecedor de nada.