Quique encuentra su sueño en Almería

Quique González ha sufrido mucho en el fútbol y más cuando éste tenía color blanquivioleta. Perdió el sueño que tenía de triunfar en el Real Valladolid. Pese a firmar un contrato profesional por tres temporadas, el vallisoletano nunca tuvo una buena oportunidad en el primer equipo. Le tocó vivir lo que nunca esperaba. Una cesión que nunca existió al Guijuelo, un regreso al Promesas a Tercera división y un veto de Miroslav Djukic a la realización de una pretemporada marcaron su etapa en el primer equipo.

 
Quique quiso más pero nadie se lo dio. El jugador pretendía cumplir su sueño de triunfar en el fútbol profesional pero está teniendo que ser ahora, con 25 años, cuando lo está pudiendo conseguir. Tras verse fuera del Real Valladolid, el delantero emprendió una etapa en el Deportivo Guadalajara. 24 goles y una actuación individual brillante le llevaron a firmar por un equipo de Primera división. El Almería se hacía con sus servicios pero no ha sido hasta que el equipo ha caído a Segunda división cuando ha tenido una peso protagonista. Tal es el liderazgo del jugador que, dentro del descontrol que es el equipo almeriense al haber tenido ya cuatro entrenadores, es el jugador con más minutos disputados y el máximo goleador del equipo.

Fijo para todos

En total, Quique González ha jugado esta temporada 2.370 minutos. De los 31 partidos disputados en la categoría solo se ha perdido dos, uno por sanción y otro al comienzo de temporada, en la época de Sergi Barjuán, en la que no participó pero vio desde el banquillo. El resto, sobre el campo, y todo con un juego de calidad y un protagonismo ofensivo muy elevado.
A pesar de que durante el pasado verano el equipo almeriense hizo una fuerte inversión económica por dos jugadores, el talento y el gol ya lo tenían en la plantilla. Regresaba tras una cesión al Racing de Santander. Pese a que el club invirtió más de un millón de euros en las incorporaciones de Chuli y Jose Ángel Pozo, el atacante diferencial estaba ya en el vestuario. Ocho goles a estas alturas de la temporada y mucho trabajo están marcando la temporada del sueño de Quique González.
Este talento formado desde bien pequeño en los Anexos del Real Valladolid no tuvo su premio en el estadio José Zorrilla. Tuvo que romper su vinculación con el equipo de su vida. Llegar hasta Segunda B. Aceptar la oferta de un equipo descendido administrativamente. Pelear en campos de bronce. Llegar a Primera con un contrato de cuatro temporadas pero no jugar y tener que salir cedido. Regresar del préstamo y reducir distancias con el puesto que parecían tener los fichajes de renombre del actual proyecto del Almería. En definitiva, Quique ha tenido que pelear, luchar y sufrir para cumplir su sueño de llegar al fútbol profesional. Mientras peleaba por ese gran sueño, asimilaba el hecho de no poder hacerlo en el Real Valladolid y éste ha podido ser el trabajo más costoso de toda su carrera deportiva y que, ahora, vive el momento soñado.