Ribera de Duero

Después de doblegar a un rival directo como el Atlético Astorga a domicilio, el Real Valladolid Promesas tenía un partido fundamental ante una Arandina CF en una cómoda situación. Las bajas seguían castigando a los de Borja Jiménez, que perdían a Ángel García y David Mayoral, pero recuperaban a Anuar Tuhami y Cristian Moreno tras su convocatoria con el primer equipo.

 

Golazo de Jose

Comenzaban con fuerza los pucelanos, a sabiendas de que tenían una oportunidad de oro para intentar alejarse de la zona caliente. Los burgaleses, mucho más desahogados en la tabla querían sumar en los Campos Anexos para finiquitar la permanencia, pero sin prisa y, eso, se notaba.
Las primeras internadas peligrosas de los locales anunciaban el gol. Y así era. Anuar robaba una pelota en el centro del campo y conducía unos metros para asistir a un Jose Arnáiz que caía al centro desde la banda izquierda, frotaba su lámpara como de costumbre, armaba la diestra y, desde la frontal, soltaba un cañonazo con parábola al fondo de la red. Era el 1-0; un tanto que perturbaba la tranquilidad del conjunto ribereño, que se veía obligado a estirar líneas.
Consecuencia de ello llegaban los acercamientos peligrosos de los visitantes. Primero, Mauri Torres avisaba con un tiro que se marchaba junto al palo. Más tarde, un disparo raso cruzado de Carlitos Portero era enviado a corner por Julio Iricibar con una gran estirada. Y el portero hacía lo propio en una posterior falta lanzada por Gonzalo García desde el borde del área. Definitivamente, el filial había perdido el dominio y solo lo intentaba con balones largos que no lograban encontrar su cometido ante un desacertado Caye Quintana.

Julio salva al equipo

La segunda parte se iniciaba como la primera. La Arandina empezaba dormida y el Promesas aprovechaba para golpear de nuevo con un espectacular Jose que hacía su segundo gol de la tarde en un perfecto giro de cuello tras un centro medido de Óscar Arroyo desde la banda derecha. Era el 2-0 y el conjunto blanquivioleta afrontaba el segundo tiempo con la tranquilidad del marcador. O no, porque en un balón colgado por los burgaleses, Cristian daba una patada a Pau Franch. Caparrós Hernández no lo dudaba y señalaba penalti. Pero ahí estaba de nuevo Julio, que repelía el disparo de Gonzalo y volvía a salvar a su equipo en una pena máxima.
A partir de ahí, el partido fue cayendo y, aunque los visitantes lo intentaban, lo hacían más con el corazón que con la cabeza, y todo parecía visto para sentencia. Sin embargo, un centro de Carlitos lo cazaba el pichichi blanquiazul Pau Franch, que recortaba distancias y metía el miedo en el cuerpo al filial.

La sentencia, de Caye Quintana

Borja Jiménez reaccionaba rápidamente y fortalecía el centro del campo dando entrada a Mario Robles en sustitución de Toni Villa. Instantes más tarde, Anuar recibía un golpe y tenía que abandonar el terreno de juego, mareado. Los contratiempos afectaban al filial y los nervios se apoderaban de los chavales. Cristian estaba a punto de anotar en su propia portería tras una falta de entendimiento con Julio, pero Caye Quintana despejaba los fantasmas con la sentencia en tiempo de descuento tras una contra conducida por el recién entrado Dani Vega.
Victoria fundamental para el Real Valladolid B, que le coloca a tres puntos de los ribereños, a los que, además, tienen ganado el golaverage. Con los deberes hechos, toca esperar a los resultados de los equipos de abajo. Eso sí, viendo cada vez más cerca la permanencia a falta de siete jornadas para el final de la competición regular.