"De haberme llamado el Real Madrid igual sí que me hubiese ido"

No es hombre Álvaro Rubio de egos, estadísticas, reconocimientos y premios. Le interesan los logros colectivos y el presente, pero no se preocupa mucho del pasado ni tampoco del futuro. Así quedó demostrado en la entrevista que recogíamos hace unas semanas en ElDesmarque y también en su rueda de prensa, concedida a raíz de cumplir 300 partidos oficiales con el Real Valladolid. "No lo sabía hasta hace poco, precisamente la semana que me lesioné. No soy de llevar cuenta de partidos ni de goles".

 
Eso no quita que el riojano se sienta  "orgulloso de poder estar en un club tanto tiempo. Es buena señal por las dos partes. Yo siempre he estado muy a gusto y el club ha querido que me quede. Esto es cosa de dos". Y recuerda que su llegada, en el verano de 2006, "fue un fichaje del que no se enteró mucha gente. Fue a principios de verano".
Desde entonces ha tenido posibilidades para hacer las maletas. Sin embargo, "he ido finalizando contrato y me han surgido otras opciones, pero al final siempre he tenido prioridad por otro club", asegura. Y hasta bromea: "Tampoco te voy a decir que me ha llamado el Real Madrid, porque si no igual sí que me hubiese ido". También en esas incluye el condicional. Genio y figura.
300 partidos dan para mucho, hasta para cambiar el tipo de futbolistas que componen un vestuario. "Los jugadores de antes tenían mucho peso en el vestuario. Lo llevaban muy bien y nos encaminaban a los demás. Los tiempos cambian y jugadores así ya no hay. Hay otros con otras cualidades y características", comenta.

El cambio de la grada

Su relación con la afición y la prensa ha sido de amor-odio. O mejor dicho, de odio-amor. Hay quien siempre le ha valorado, pero muchos otros han sido duros y hasta ha recibido pitos en Zorrilla, algo impensable a día de hoy. "Sé que he tenido las dos partes. Pero no sé decir cuando cambió. Creo que ha sido progresivo. Llevo tanto tiempo aquí que por eso la gente me tiene más aprecio", dice con modestia.
Álvaro Rubio vive el presente. No está pendiente del pasado pero tampoco del futuro. "A mi edad voy poco a poco. Me encuentro bien pero sinceramente no sé qué pasará a final de temporada. Soy de las personas que cree que esto del fútbol da muchas vueltas". En verano, asegura, "nos sentaremos y ya veremos qué voy a hacer. Tengo la cabeza como futbolista y no pienso en otra cosa" ¿Le veremos en el banquillo de Zorrilla como técnico? "Lo de entrenar no lo tengo claro, ya me lo plantearé cuando lo deje".