Triunfo, sonrisas y permanencia

Bien está lo que bien acaba. Este dicho se lo puede aplicar el Real Oviedo desde este mismo lunes. Su victoria ante el Málaga por la mínima certifica su presencia una temporada más en LaLiga SmartBank. Lucas Ahijado dejó una obra de arte que bien merece ver repetido en bucle.

La espesura se apoderó de la primera parte. El Oviedo no encontró el camino del dominio y sólo se acercó al área malaguista de forma aislada. Antes de todo eso, Nahuel protestó un posible penalti cuando apenas habían transcurrido tres minutos, pero el árbitro no apreció nada en la acción.

Fue Rodri, con un par de disparos dentro del área, el que más peligro llevó a la portería de Dani Barrio. El primero lo repelió el portero y el segundo se marchó por encima del larguero. Con eso y poco más llegó la concusión de un insulso primer tiempo.

Tras la reanudación, el Oviedo trató de hacerse con el dominio del partido. Comenzó a tener el esférico cada vez con más aplomo, aunque sin claras ocasiones. En una jugada aislada tras un centro de Nieto llegó el golazo de la tarde.

La defensa local despejó, el balón le cayó a Lucas Ahijado y este enganchó una espectacular volea que se coló por la mismísima escuadra de Dani Barrio a bote pronto. Un golazo de bandera que abría el partido en un momento clave.

Con el resultado a favor el partido tomó otro carisma. El Málaga lo intentó pero sin demasiada contundencia, mientras que el Oviedo se limitaba a abortar el peligro y a tratar de buscar la portería contraría en busca del tanto de la tranquilidad.

Ninguna de las dos cosas llegó, pero lo que sí llegó fue la salvación de un Oviedo que puede respirar tranquilo en las tres jornadas que restan para la conclusión de la presente temporada. Es momento de calma.