El irrelevante protagonismo de Lucas Vázquez

Corren nuevos tiempos por el Santiago Bernabéu. Ante el peor inicio de curso del último lustro, lejos queda aquel Real Madrid que consiguió regenerarse y confirmarse como absoluto dominador de Europa. Con la política de contratar savia nueva y promesas nacionales, la entidad blanca se ha consolidado como un firme apostante del producto nacional.

Uno de los baluartes fruto del éxito blanco es Lucas Vázquez. Desde su retorno a la capital se ganó el apodo del eterno revulsivo, un apelativo que ha terminado cansándole y privándole de una regularidad de minutos que se antojaba necesaria para su proyección. En la primera temporada y partiendo desde el banquillo, terminó por demostrar su valía y convencer a un Zidane que lo posicionó como un fijo en el último tramo de temporada, con la consecución de la ansiada Champions League.
No obstante, eso no fue suficiente para un técnico arrinconado ante la obligatoriedad de poner a Bale y que hizo de Lucas Vázquez, un alterne constante entre la titularidad y el banquillo carente de minutos en el tramo más importante del curso.
En la presente campaña y ante el empuje de Asensio, Ceballos o Isco entre otros, el veloz extremo protagoniza un curioso bagaje. Lucas Vázquez es, junto a Isco y Asensio, el único jugador que ha disputado los once encuentros de LaLiga Santander. No obstante y con una única titularidad, su tónica sigue siendo la misma desde el banquillo, postulándose como uno de los que menos minutos acumula con un tercio total de los disputados.
Motivos que revelan la pérdida de confianza y peso que ha sufrido, con el solitario gol ante el Levante, en un vestuario que anhela su desborde, velocidad y calidad para remontar la alarmante situación actual del equipo.