La sensación tan buena que da ganar

Habrá que preguntar a los béticos si se marchan a casa con sensaciones positivas por ir el 13, de momento, o por volver a ganar un partido como local más de dos meses después. La alegría de ganar, de marcar goles y de darse un respiro al menos por unos días. Los jugadores y el confirmado Víctor, porque en la grada se vivieron momentos típicos de una guerra interna. Unos en contra de la directiva del Betis y otros muchos a favor. Ni una noche tranquila en el Villamarín. Ya ni ganando.

Y menos mal para el Betis, y para los béticos, entre ellos Miguel Torrecilla, que Osasuna es colista destacado por motivos visibles. No hizo falta apretar mucho para volver a ganar. Los huecos en la defensa visitante eran tan evidentes... Pero el Betis lo aprovechó y, aunque sesteó, resolvió bien. Con más o menos dudas, pero tres puntos. Las sensaciones quedaron así así, ni bien, ni mal, sino todo lo contrario. La marcha suficiente para que no reventara el motor.
Por eso le vino bien al Betis recibir a Osasuna y recuperar la alegría. Al Betis, y a cualquier equipo, porque los navarros ya se ven en la Segunda división, y bien que se nota. Tras una pitada a Álvarez Izquierdo, que no vio cesión tras una parada de Sirigu cuando la pelota se colaba, apareció Rafa Navarro entre las dudas de la defensa de Osasuna para batir al exportero del Sevilla. Ya puede decir el canterano que ha marcado en la élite y bien que se lo merece.
Pero ese gol, lejos de envalentonar al Betis, lo hizo con Osasuna. Sin apenas presión, sin apenas puntos, el equipo navarro se fue hacia arriba con lo que tiene y dio dos serios avisos. Primer un disparo al larguero de Kenan Kodro y luego Adán tuvo que aparecer ante Jaime Romero. Ese arreón visitante despertó al Betis, que atacó con descaro aprovechando los numerosos huecos que dejaba Osasuna. Sanabria perdonó el segundo y después no lo hizo Rubén Castro. Por fin volvió a marcar el canario. La fecha del 8 de enero la tenía muy presente Rubén, que se plantó delante de Sirigu para marcar a puerta vacía.

Tiene poca ilusión Osasuna que las críticas al árbitro so.  posible fuera de juego del delantero bético quedaron en nada a los dos segundos. La tormenta llegó después, pero en la grada. Ese 2-0 dio paso a unos cánticos y pitos de la Grada de Animación contra la directiva, recriminados por el resto de aficionados. En ese clima se vivió hasta el descanso, porque casi no importó que Rafa Navarro y Sanabria perdonaran el tercero o que el mismo Rubén pidiera un penalti.

Dudas y enfado de Rubén

El parón no vino bien al Betis, que se creyó ganador antes de tiempo. Kodro no llegó por poco en el área pequeña y Adán tuvo que aparecer para salvar un mano a mano ante Roberto Torres. Hasta que Dani Ceballos nos tomó el timón, el partido estuvo peligroso, más por la relajación local que por el acierto visitante. Aún así, cada vez que Osasuna merodeaba el área del Betis podía pasar cualquier cosas. Por eso el Betis está donde está.
La segunda parte fue nula, una oportunidad desaprovechada para el Betis para firmar una de esas goleadas que hace tiempo no se ven por Heliópolis. Al menos a favor. Entre las dudas llegó el cambio de Rubén Castro, aplaudido y coreado por todo el mundo menos por el propio Rubén. La cara del canario, a pesar de haber marcado, era de tener pocas ganas de fiesta.
Y el Betis no se irá de fiesta tras esta victoria, pero al menos significa que salvo hecatombe y milagro de los que están abajo, seguirá otro año más en la Primera División. Con mejores o peores sensaciones, con más o menos victorias, con pitos entre aficionados y un cambio accionarial que deja muchas interrogantes. Al final, lo que quiere el bético es ver a su equipo lo más arriba posible, no el 13, o el 14, y que mire por grandes objetivos. Pero todo es según se mire, como las sensaciones.
 
 

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