Un resucitado, un marciano y un fantasma

Volvió el Betis, volvió el buen Betis, el Betis del sacrificio, el Betis crecido y el Betis que ofrece lo mejor de sí cuando nadie o casi nadie cuenta con ello. El equipo verdiblanco realizó un gran partido, posiblemente el mejor de la temporada, y ante todo un Barcelona que venía lanzado en las últimas jornadas y al que el equipo bético anuló, anuló durante casi todo el partido. Desde el centro del campo, este Betis resucitado, de inusitada competitividad esta temporada, superó al Barça, lo inquietó y lo pudo tumbar. Y lo hizo guiado por descomunal Dani Ceballos, el mejor de los 28 que estuvieron en el campo. Espectacular, extraterrestre y protagonista en un partido que, en todo caso, desatara polémicas de todo tipo, porque quedará marcado por un gol fantasma que Hernández Hernández no señaló a favor del Barcelona.

Pero más allá de lo que ocurriera en ese tramo final del partido, que pudo decantarse para el Barcelona pero también para el Betis si Rubén Castro marca el mano a mano ante Ter Stegen, el encuentro debe dejar ánimo en el Villamarín. Ánimo y confianza. Para saber que si se quiere, se puede. Para saber que cuenta con algunos elementos válidos, para saber que puede elevar el listón competitivo, que en esta segunda vuelta puede crecer y para saber que tiene un líder en el campo que con partidos como los de este domingo puede llevar al Betis a cotas más altas. Partidazo de Ceballos, con todas las letras. Ante los más grandes, el canterano bético se agigantó hasta hacer menudos al resto. Mereció el gol, mereció la victoria y mereció más de lo que se llevó a la bolsa. En todo caso, fue partido de confirmación del utrerano, como debe serlo, por lo mostrado, de un mejor Betis, que fiel a su historia sacó lo mejor cuando menos se esperaba. El Betis completó posiblemente el mejor partido de la temporada, ahogó al Barcelona y le ganó la partida de forma clara en la zona ancha, gracias sobre todo a un espectacular Dani Ceballos, el mejor del partido
Hizo una buena primera parte el Betis, de lo mejor de la temporada. Y en ello tuvo mucho que ver el criterio que aportó Rubén Pardo en el centro del campo y el magnífico papel de Dani Ceballos, que solo volvió loco al centro del campo del Barcelona, donde el utrerano encontraba fugas y convertía sus conducciones en jugadas de peligro. Además, fue valiente el equipo verdiblanco. Tras unos primeros minutos en los que se acurrucó demasiado junto a Adán, luego el Betis se atrevió a presionar arriba, a poner en dificultades al equipo culé. Alguna ocasión de Rubén llegó incluso en un robo. Pero también a través de Durmisi, que con su profundidad y su velocidad martilleaba a Aleix Vidal por la banda. Además, aunque sufría de vez en cuando la zaga ante el tridente azulgrana, en el que Messi se descolgaba para ejercer casi de organizador en ocasiones, Mandi, Pezzella y el recién llegado Tosca sacaban el partido adelante con sacrificio y muchas, muchas ayudas de los centrocampistas.
El Betis, aunque no arrollara al Barça, sí lo ponía en aprietos. Y arriba, ante la nutrida defensa verdiblanca, el Barcelona a veces rizaba el rizo con combinaciones casi de tiralíneas, pero por lo general no encontraba líneas de pase. Tuvo que trenzar una jugada perfecta de principio a fin para labrar la jugada más clara de la primera parte, en la que Adán salvó de manera notable la entrada y posterior remate de Neymar.

El Betis, creciendo

Estaba claro que el esfuerzo del conjunto de Víctor era máximo. El mismo Ceballos cabalgaba arriba y abajo sin descanso, y para ganar oxígeno es verdad que Álex Alegría y Rubén daban aire manteniendo la pelota y seguían exigiendo a la defensa catalana a costa de faltas, de pelea y de presión.
El partido, pues, en la segunda parte continuó con la misma tónica. Con el Betis mejor que el Barcelona y sobre todo sabiendo cómo hacer daño mejor que su rival. Con Ceballos omnipresente, con Rakitic débil y con la medular azulgrana echando de menos a Busquets e Iniesta, el equipo bético le ganaba la zona ancha a los de Luis Enrique, que intentó poner remedio con cambios. De hecho sacó a casi todo su centro del campo y lo reformó con las entradas de André Gomez y luego de Sergi Roberto.
Pero aún así, la zona de rechace seguía siendo del Betis, ponía muchas trampas el equipo heliopolitano al Barça, que difícilmente llevaba la pelota en condiciones a la MSN, aunque cuando les llegaba llevaran, evidentemente, peligro.
El desarrollo del encuentro dio aún más confianza en el Betis, que a pesar de que Pardo bajara el rendimiento y de que conviviera con algunas deficiencias, crecía en el partido. Dani Ceballos, posiblemente el mejor del encuentro, se encontró con el larguero y poco después lo hizo Rubén Castro. Pero tanto atrevimiento, tanta pelea y tanto corazón tendrían recompensa, precisamente en el saque de esquina posterior a ese remate al palo. En un gran saque de esquina, una salida rara de Ter Stegen y una reacción rápida de Álex Alegría, llegó el tanto. 
El Barcelona marcó un gol que Hernández Hernández no dio válido a pesar de haber entrado, pero también Rubén Castro pudo sentenciar el encuentro en un mano a mano con Ter Stegen
A partir de ahí, a partir del 1-0, el partido se volvió absolutamente loco. El Barcelona quemó las naves, se echó arriba e inconscientemente el Betis se refugió en su área. Entonces llegaron dos jugadas consecutivas que desataron la polémica. La primera, con un gol del Barça que Hernández Hernández llevó al limbo. La pelota entró claramente en la portería y Mandi la sacó, realmente, muy de dentro. No subió el tanto al marcador, y llegó otra jugada parecida, de nuevo por la derecha con un remate involuntario de Durmisi que de nuevo sacó, esta vez en la línea, de nuevo Mandi. Aquel fue gol, este, no. Pero el partido se mantuvo con el mismo resultado, 1-0, y el que incluso pudo cambiarlo fue Rubén Castro, que se quedó solo en una contra ante Ter Stegen, ganando la partida el alemán en el mano a mano.
El Betis aguantó la mayor parte de las acometidas blaugranas, las defendió bien y las solventó con trabajo y solidaridad. Pero claro, a veces el mayor enemigo está en casa, y eso ocurrió con la acción de Nahuel, en el minuto 89, que en lugar de mandar la pelota a la grada se la dejó en la frontal... a Messi. Fallo mortal, pecado mortal, mortal Messi y mortal Suárez. Asistencia del argentino y gol del uruguayo para llevar el empate.
El mejor Betis de la temporada pudo ganar ante el Barcelona, lo tuvo en su mano, y finalmente hasta perder. Pero más allá del punto sumado, la victoria del Betis es verse capaz de competir ante el Barcelona. 
 

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