El fondo de armario y la clasificación del Betis

La planificación deportiva a la hora de confeccionar la plantilla es el factor determinante para que el Real Betis no haya dado, hasta el momento, el salto de calidad ambicionado y prometido por sus rectores, y que vegete en tierra de nadie, en un mediocre decimotercer puesto con veintidós puntos. La grada del Benito Villamarín volvió a pronunciarse en forma de pitos y pañuelos ante el partido insustancial que los suyos ofrecieron ante el Sporting de Gijón (0-0), lo que el propio entrenador bético, Víctor Sánchez, asumió al afirmar que estaba de acuerdo "con ese estado emocional" que calificó como "lógico". 

Las expectativas con las que los béticos comenzaron la temporada, con doce caras nuevas y el objetivo de superar el décimo puesto del año pasado, no se han visto traducidas en resultados y se han cobrado ya la víctima del entrenador uruguayo Gustavo Poyet, destituido el pasado noviembre y sustituido por Víctor.  "Estamos con 22 puntos, con todos los que quedan en juego por supuesto que podemos llegar a ese objetivo del décimo puesto", afirmó el técnico madrileño, quien incidió en la necesidad de refuerzos para la consecución de los objetivos y, además, por "necesidad deportiva". Junto a la salida de Poyet, ya se han producido otras como las de Charly Musonda, quien ha regresado al Chelsea, y la del canterano Fabián Ruiz, cedido al Elche; y se presumen otras para dar entrada a los refuerzos solicitados por Víctor, quien ha dotado al equipo de mayor consistencia aunque no ha dado el salto en la clasificación.  Lejos de las posiciones de descenso, que marca el Sporting de Gijón con 13 puntos, los béticos se han mostrado incapaces hasta ahora de encadenar las dos victorias consecutivas que pudieran permitirles abandonar la zona baja y mirar hacia objetivos superiores.
Al director deportivo verdiblanco, Miguel Torrecilla, se le echa en cara su apuesta por Gustavo Poyet, la escasa aportación de los fichajes y que, en su día, considerara, entre otros asuntos, que el centro del campo del Betis era, después de los grandes, de los mejores de la Liga. Sin embargo, Poyet ya no está, dos jugadores ya se han ido, otros pueden estar en la rampa de salida, en forma de traspaso o cesión; y la mayoría de sus apuestas, con excepciones como el central holandés Ryan Donk, el lateral danés Riza Durmisi o en menor medida el centrocampista francés Jonas Martin, no han ofrecido el nivel esperado.  Llamativos son los casos de los delanteros: el paraguayo Tonny Sanabria, el más caro de los fichajes, ha logrado un solo gol en once partidos y actualmente está lesionado; el ucraniano Roman Zozulya permanece casi inédito en su juego y completamente ante las redes contrarias; y el hispanoargentino Matías Nahuel, tanto de lo mismo.  El balance de Víctor Sánchez es, hasta el momento, de tres victorias caseras ante Las Palmas (2-0), Athletic de Bilbao (1-0) y Leganés (2-0), dos empates ante el Celta (3-3) y Sporting (0-0) también en el Villamarín y tres derrotas a domicilio ante el Éibar (3-1), Alavés (1-0) y Atlético de Madrid (1-0).  Sin refuerzos que apuntalen la, hasta el momento, inane planificación, el Betis afronta un calendario en el que el primer escollo será el próximo domingo en el Benito Villamarín (12.00 horas) el Barcelona en el comienzo de la segunda vuelta y, ya en febrero, tres rivales directos en su lucha por salir de los puestos de abajo. El Betis empezará ese mes en Riazor ante el Deportivo de La Coruña, actualmente decimosexto con tres puntos menos que los béticos; jugarán en el 'Villamarín' ante el Valencia, decimoquinto con diecinueve puntos; e irán a Granada, que actualmente ocupa el penúltimo puesto de la clasificación a doce de los verdiblancos.
La vigesimocuarta jornada está marcada en rojo en el almanaque particular del beticismo porque en ella recibirá en el 'Benito Villamarín' al eterno rival, el Sevilla, hoy en las antípodas en planificación, clasificación y expectativas.