El entrenamiento fantasma talismán

La corbata de Pepe Mel se dispuso a cumplir su cometido de pasear por Europa de la mano del Real Betis la pasada temporada. No obstante, no pudo hacerlo durante mucho tiempo, ni tampoco en numerosas ocasiones debido a que los malos resultados acabaron con el idilio entre el técnico madrileño y el club. Ahora, al madrileño se le ha metido en la cabeza que después de cada partido se debe entrenar, pero parece que cuando sus hombres responden durante los 90 minutos al técnico se le pasan las ganas de llevar a cabo su plan.

Realmente, la idea de llevar a cabo un entreno después de cada partido apenas lleva unas semanas en la mente de Pepe Mel. La primera vez que pensó en dicha posibilidad el equipo ganó e hizo que Mel ‘perdonase’ a sus pupilos y suspendiera la sesión a la llegada del viaje. Más de lo mismo pasó en las siguientes jornadas: áviso de entrenamiento posterior al partido y suspensión después de los tres puntos.
“Ahora está de moda lo de mi corbata con las camisetas del Betis. Un buen amigo hizo una serie de corbatas para su boda. Y aunque no pude asistir el día del enlace, me dio la corbata. Yo le prometí que la llevaría por Europa. La pude llevar muy poquito tiempo por Europa, pero esa corbata representa lo que son los béticos. No hay nada que pueda demostrar más lo que llevas al Betis en el corazón que pensar en tu club el día en que te estás casando. Tengo también una pulsera del Betis que me dio una aficionada al llegar estas Navidades. No me la puse en Alcorcón porque se me olvidó y me la puse contra el Tenerife y el Sporting. Me tendrían que amputar la mano para quitármela…”, declaraba el técnico madrileño el pasado mes de enero.
Cuando hablamos de Mel lo hacemos de un tipo con muchas supersticiones, bastante habitual por otro lado en el mundo del fútbol. Por ejemplo, se santigua antes de cada partido porque “soy cristiano”. En su primera etapa en el banquillo del Betis, un aficionado le regaló una medalla de la Virgen del Rocío la cual llevó en el ojal del traje hasta que llegó el cambió de marca y, con ello, un nuevo traje que no traía ojal y que le impidió poder seguir llevándola. Así, desde que surgió en su cabeza la idea de entrenar después cada partido se gana siempre, para que cambiar si además hasta en cuanto a lo que hacen los rivales ayuda...