Un reencuentro con papeles diferentes

El partido de este domingo ante el FC Barcelona B será especial para Pepe Mel, pero no únicamente por los tres puntos que habrá sobre el terreno de juego. El entrenador verdiblanco volverá a ver a un excompañero con el que vivió bastantes experiencias cuando ambos eran jugadores de fútbol. Ahora no coincidirán sobre el césped con las botas puestas, sino sentados en un banquillo, dando órdenes a sus jugadores. Se trata de Jordi Vinyals, ahora entrenador del filial culé. Ambos entrenadores coincidieron en la temporada 1988-89 en las filas del Castellón, en Segunda División.

Mel llegó al estadio Castalia en la 1987-88, tras su paso por Osasuna, equipo con el que debutó en Primera División. Mientras que Vinyals venía procedente del Sabadell. Además, un dato curioso es que el ahora entrenador del Betis pasó por las categorías inferiores del Real Madrid y Jordi por las del FC Barcelona, por lo que ambos se enfrentaron cuando aún no eran jugadores profesionales. El madrileño jugó dos temporadas en el Castellón y en la 88/89 llegó a convertirse en el máximo goleador del equipo. Como consecuencia de los tantos de Mel, el equipo ascendió a Primera División. El Betis puso sus ojos en el delantero y Mel fichó por el conjunto verdiblanco a final de temporada. 
En la campaña 1990/1991, los heliopolitanos ficharon a Jordi Vinyals y Mel volvió a jugar con su compañero en el Castellón. Únicamente coincidieron una temporada en las filas del Betis, pues el equipo descendió a Segunda División. El conjunto verdiblanco bajó como último clasificado con 25 puntos. La unión Mel-Vinyals no fue suficiente para que la entidad se quedara en Primera, ni los goles en solitario de Mel (14) lo lograron. Vinyals fichó por el Oviedo tras el descenso, mientras que Mel continuó hasta la 92/93 en el Betis, equipo en el que jugó 112 partidos de la Liga y anotó 50 goles, llegando a ser el máximo goleador de la Segunda División en la 89/90, antes de que llegará el catalán a las filas verdiblancas.
Este domingo volverán a verse, pero esta vez no serán amigos durante 90 minutos. Tiempo en el que cada uno mirará sus propios intereses, uno el del filial del Barcelona y otro el del Betis.