Maciá no viene solo ni va de héroe

Eduardo Maciá ya está trabajando para el Betis. De hecho, aunque no vaya a ocupar su despacho en el Benito Villamarín hasta mayo por una gentileza hacia la Fiorentina, hace tiempo que viene planificando en la sombra, siempre con un contacto directo con el actual director deportivo, Alexis Trujillo.

Eduardo Maciá ha aterrizado solo en Heliópolis, pero ni viene solo, ni su intención es acaparar el protagonismo, ni tampoco su objetivo es convertirse en una especie de nuevo héroe del beticismo. Más bien al contrario, y precisamente esta faceta fue la que más convenció al presidente, Juan Carlos Ollero. La obsesión del dirigente verdiblanco es crear una estructura fuerte en la secretaría técnica, un equipo poderoso de trabajo que vaya más allá de personalismos. Y eso es precisamente lo que siempre ha buscado Maciá allá donde ha trabajado y lo que pretende implantar en el Betis. Así convenció a Ollero para ser el elegido.
La idea de Maciá, según afirma el entorno que mejor lo conoce, es organizar un equipo de trabajo sólido y numeroso. Quiere que su gente sea reconocida, que trabaje a gusto, que sea respetada, no sólo desde el punto de vista de sus informes o decisiones, sino también desde el punto de vista económico. Entiende que la responsabilidad de una secretaría técnica es muy alta, no en vano es la encargada de crear el armazón para que el equipo gane, y por tanto debe verse recompensada.
Maciá se tomará su tiempo para decidir quién se queda, quién se va y quien viene en la secretaría técnica heliopolitana. No llega con prejuicios, aunque tiene claro que Alexis debe ser un pieza importante de su equipo, siempre que el canario quiera aceptar ese rol, obvio. A partir de ahí, puede ocurrir de todo.
En la secretaría técnica del Betis trabajan a día de hoy, además del flamante nuevo director deportivo, Alexis Trujillo, Chuti Molina, Juan José Cañas, Keké Durán y Tino Luis Cabrera. Lo normal, al menos es la idea preconocebida que tiene Maciá, es aumentar el número de miembros del equipo. Es decir, el plan es incorporar a algún técnico más, en principio de la confianza del propio Eduardo, lo que no significa que vayan a salir los que están. La situación más delicada es la del propio Molina, pero no tanto por la llegada de Maciá, como por sus propia y legítimas aspiraciones. Parece difícil que Chuti vaya a aceptar un papel tan secundario en el equipo deportivo cuando por su cabeza ahora mismo pasa todo lo contrario, es decir, liderar un proyecto de envergadura estando al mando del mismo.
Maciá también sabe que debe reajustar su mercado. No dispone de las facilidades económicas que tenía en la Fiorentina, Liverpool, Valencia o incluso Olympiakos, pero también sabe, y así se lo ha hecho saber el club, que en caso de ascenso el Betis va a disponer de una cantidad de dinero jugosa para invertir, posiblemente una de las diez mejores carteras de la Primera división. Dentro de esa cartera, obvio, una buena parte del dinero, se destinará a indemnizaciones. A nadie se le escapa que, en caso de ascenso, una de las misiones principales de Maciá será abordar una importante reestructuración de la plantilla.
Como ven, mucho trabajo por delante, pero enormes dosis de ilusión. Arranca el proyecto de Eduardo Maciá, un proyecto coral.