Ocho mil y Xavi Torres volaron a por ese balón...

Victoria clave del Betis contra el Recreativo. No lo mereció por juego, pero lo único que cuenta es ganar para el ascenso y con eso debe quedarse el equipo. El Recre mereció más, pero el cuadro helipolitano. Estuvo más contundente en la única ocasión clara que tuvo en todo el partido.
El Betis salió al césped del Colombino y alguno pensó que aquello era Heliópolis. Ambientazo de una afición verdiblanca que siempre está con el equipo. La tarde era magnífica para desplazarse a Huelva y apoyar al equipo, pero también lo era para quedarse en Sevilla, marcharse a un bar con los amigos y disfrutar de un tiempo espectacular en el centro de la ciudad. Pero la afición del Betis es diferente y cerca de diez mil aficionados tiñeron el Colombino con los colores verde y blanco. La afrenta de Leganés estaba ya olvidada, o al menos la afición confiaba en poder olvidarla en la patria chica del jamón y la gamba.
Mel introdujo un cambio significativo en el equipo. Metió a Cejudo por Pacheco y desplazó a Portillo a la banda izquierda. El objetivo del técnico madrileño era hacer pupa por el costado donde estaba Pedro Ríos, un jugador tan talentoso en ataque como débil en defensa. Y así fue. Los primeros minutos fueron de control verdiblanco y las llegadas por la banda izquierda, especialmente a cargo de Varela fueron constantes. El lateral puso hasta tres balones claros de gol en la primera mitad, pero Rubén Castro no estuvo atinado en los dos primeros y Jorge Molina no pudo rematar en el tercero. 
Esa llegada frecuente por la zurda y la personalidad de Portillo, que asumió el liderazgo del equipo en el centro del campo, fue lo mejor de un Betis que acabó pidiendo la hora en los diez últimos partidos de la primera mitad. Es lo que le pasa a este Betis. No ejerce el dominio que se espera de un líder de la Liga Adelante. No apabulla, no impresiona y el rival se acaba creciendo. Eso pasó en la primera parte. La panda de chavales del Recre se vino arriba, se lo creyó y empezó a crear peligro de la mano del triángulo formado por Antón, Domínguez y Caye. Ojo con estos tres futbolistas porque tienen madera para hacer cosas en el futuro.
Las tres últimas ocasiones de la primera mitad y las más claras fueron para el Recre. Caye se quedó solo ante Adán en un buen balón de Pedro Ríos que cazó la espalda de Bruno, pero cruzó en exceso el joven onubense. Acto seguido hubo otra llega por la derecha y Rodas tuvo que despejar a córner y las dos últimas fueron aún más claras. Antón se fue con demasiada facilidad de Xavi Torres y Héctor Rodas y trató de sorprender por el palo corto a Adán, que estuvo muy atento y despejó.
La última ocasión fue todavía más clara. Domínguez pinchó una pelota del cielo, recortó a Molinero en el área pequeña y su disparo, ya sólo con Adán por delante, se marchó algo desviado. El Betis terminó la primera parte pidiendo la hora, aunque bien es cierto que puso haberse adelantado en los primeros minutos. Rubén Castro tuvo bastante culpa de que no llegara ningún gol bético al inicio. No falló ninguna ocasión clamorosa, pero tuvo opciones que en semanas anteriores resolvía con mucha más brillantez y efectividad.
Tras el descanso, Mel introdujo dos cambios importantes. Entraron Rennella y Caro y salieron Jorge Molina y Héctor Rodas. La salida de Molina, sin duda, no era justa por cómo marchaba el partido, pero está claro que Rubén Castro es indiscutible para Mel y ni pasando inadvertido en toda la primera mitad lo piensa cambiar. No es fácil sentar al canario, es lo ve cualquiera, pero para eso está un entrenador, para tomar decisiones complicadas.
El partido cambió en el minuto 53. Jugada por la izquierda de Varela, centro espectacular y golazo de cabeza de Xavi Torres. Por este tipo de cosas, el Betis es el equipo más poderoso de la categoría. Una acción puntual le basta y le sobra para ponerse por delante. Ha sido la mejor aportación de Varela desde que está en el primer equipo. Mientras, Xavi Torres, que heredó el brazalete de capitán de Jorge Molina, vuelve a marca un gol que puede ser muy importante, como el de El Molinón. Fue un golazo, un avión, con fe, con la misma que tienen esos ocho mil que estuvieron en Huelva acompañando al equipo.
El gol sólo cambió el resultado porque el juego siguió siendo propiedad del Recre. Tanto es así que apenas cinco minutos después tuvo la ocasión más clara del partido a la salida de un saque de esquina. Un disparo cruzado de Antón fue repelido bajo palos por Rennella y con la duda enorme de si fue gol. Parece que la pelota puede traspasar la línea por completo, pero es imposible saberlo con seguridad con las tomas de televisión que tenemos. Desde luego, lo que sí es cierto es que es una jugado muy difícil para el árbitro. Lo normal es no dar gol, porque es muy rápido.
A partir de ahí, hubo un monólogo del Recre durante varios minutos. Se sucedieron las llegadas, con remates, especialmente por arriba y el Betis sufrió. El equipo se echó atrás y fueron minutos de angustia para los béticos. 
El Betis tardó quince minutos en estirarse y quitarse la presión blanquiazul. Fue en una contra de Portillo que Rennella remató muy mal cuando enfilaba sólo la portería de Rubén Gálvez. Precisamente, esta jugada surtió el efecto que se buscaba. El Recre bajo la presión y el Betis se mostró más cómodo, encerrado, eso sí, y buscando un contra que definiera el partido.
De ahí al final, el Recre tuvo una última llegada peligrosa que terminó con un penalti reclamado por los recreativistas que en directo pareció claro, pero que con las repeticiones hay más dudas. Rubén tuvo la sentencia también clara, pero anduvo lento y torpe en la resolución.