Velázquez ya no pinta nada

El Betis ha vuelto a protagonizar este domingo otro ridículo para la historia. Como ya ocurriese esta temporada ante la Ponferradina y el Albacete, el equipo de Velázquez ha caído ante un equipo de menor entidad, menor presupuesto y peor plantilla. El equipo de Velázquez ya no sólo ha vuelto a demostrar por qué es el Betis más aburrido que se recuerda por Heliópolis, sino que además ha perdido ante un recién ascendido. No tiene plan alguno para afrontar los partidos, no juega a nada, no genera fútbol y lo más preocupante es que a su entrenador no parece importarle. Esta vez no había un gallito enfrente, esta vez Velázquez demostró su incapacidad para hacer jugar al fútbol al equipo que comanda ante el Leganés. Está claro que Velázquez ya no pinta nada en el club de La Palmera.
El Betis comenzó el partido dormido, nada nuevo esta temporada. El Leganés, serio y ordenado, fue el encargado de ponerle intensidad al duelo en los primeros minutos, mientras el conjunto verdiblanco se mostraba impreciso y precipitado cada vez que tenía el balón. En el centro del campo sólo Dani Ceballos intentaba dar un poco de sentido al juego bético, pero el canterano no encontró ni un solo aliado para intentar construir juego. El equipo verdiblanco demostraba, una vez más, que no es capaz de generar fútbol alguno cuando el rival le cede la iniciativa.
Durante la primera mitad, el dominio del Leganés no fue excesivo. De hecho, hubo momentos en los que el equipo madrileño no tuvo la posesión, pero cuando tenía el balón lo movía con mucho más criterio que el bloque de Velázquez. Así llegaron los primeros acercamientos del conjunto de Asier Garitano, pero la falta de pólvora de sus atacantes provocó que las ocasiones no fuesen demasiados claras.
De hecho, la oportunidad más clara del primer tiempo la tuvo en sus botas Rubén Castro. En el minuto 27 Molina saltaba más que la defensa rival y de cabeza dejaba el balón al canario. Sin que la pelota tocase el suelo, Castro empaló un magnífico disparo desde el borde del área que se marchó lamiendo el poste derecho de la portería de Queco Piña. Un minuto después, los de Garitano respondían con una gran combinación que finalizaba con Figueras sacando el balón bajo palos con Adán ya vencido.
Tras el descanso el Betis llevó algo más la iniciativa del juego, pero esto tampoco es una buena noticia cuando se trata del conjunto de Velázquez. El gran problema del Betis cuando tiene el balón es que no sabe qué hacer con él. La única ‘estrategia’, si se puede llamar así, es buscar a Rubén Castro a toda costa. Lección que los rivales ya tienen bien aprendida.
Tanto es así que al Leganés le bastó con jugar al contragolpe para tener las mejores ocasiones de la segunda mitad. La pasividad bética con el balón y el cansancio acumulado de sus futbolistas tras el desgaste ante el Lugo, provocó que los madrileños se crecieran en los últimos minutos y se creyesen capaces de llevarse los tres puntos. Y tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió. A falta de dos minutos para el final, Velasco anotaba un auténtico golazo tras enganchar un centro desde la izquierda al corazón del área. El jugador remataba sólo, mandaba con violencia el balón a la red y le ponía la puntilla a Julio Velázquez.
Ya no valen excusas. A Julio Velázquez le han brindado la oportunidad más importante de su carrera y ha demostrado no estar preparado para afrontarla con garantías. Con la mejor plantilla de la categoría, el técnico no ha sido capaz de que su equipo juegue al fútbol. Sólo la calidad de sus jugadores ha evitado que la debacle llegase antes. El Betis necesita un cambio en el banquillo urgentemente y los vagos argumentos que han mantenido al salmantino en el cargo hasta ahora, se han desbaratado con un nuevo ridículo. El Betis necesita un cambio, y si es hoy mejor que mañana.