Si Genaro se llamara Kylian...

De la nada al casi todo. Así transcurrió el partido del Málaga CF ante la SD Huesca en El Alcoraz. Una primera mitad desastrosa y una segunda en la que sacó el que hasta ahora ha sido su mejor juego lejos de La Rosaleda. Y un gol anulado a Genaro que, si lo hubiese marcado Killyan Mbappé con la camiseta de Francia, habría subido al marcador.

En los primeros minutos, el equipo de José Alberto parecía tener todavía la cabeza en el segundo tiempo del pasado sábado. El dominio de los oscenses fue absoluto, sin permitir a los blanquiazules crear juego y evidentemente, tampoco peligro. Tan sólo Brandon Thomas -por un fallo de Andrés Fernández- y Sekou lograron hacer trabajar al meta del Huesca.

Fue una primera mitad para olvidar, con el centro del campo completamente apagado, Kevin y Paulino sin conseguir hacer sus respectivos trabajos por banda, los laterales con dificultades para llegar hasta arriba... si el Málaga no se fue perdiendo al descanso fue porque la Divina Providencia, o quien sea que mueve los hilos del destino, no quiso.

Hasta dos veces pudo adelantarse el cuadro local a portería vacía, bien por un mal despeje de Dani Martín que agarró Joaquín y que se estrelló contra el poste, bien por una jugada en la que Escrache se metió hasta la cocina, deshaciéndose por el camino de Peybernes -que no vio la roja de milagro- y del propio meta malaguista, y acabó echando el remate fuera.

Los últimos 15 minutos fueron mucho más trabados, plagados de jugadas a balón parado, de faltas y de poco, muy poco fútbol. El Málaga seguía sin aparecer por El Alcoraz.

Darle la vuelta a la tortilla

Si la primera fue para olvidar, la segunda fue todo lo contrario. Parece que el Málaga por fin se encontró a sí mismo y la mayor parte del juego transcurrió en el campo del Huesca. No faltaron las ocasiones, incluso dobles, pero entre las maderas y el buen día que estaba teniendo Andrés Fernández, el balón no acababa de entrar.

El encuentro se puso mucho más interesante para los de José Alberto. Desplegaban su juego, encontraban la forma de salir a la contra... Los nervios empezaban a apoderarse de los azulgranas.

Hasta más allá del minuto 80 esperó el técnico asturiano para introducir cambios, a pesar de que las baterías comenzaban a estar a la baja, especialmente en jugadores como Brandon, Kevin o Paulino, que se desgastaron mucho físicamente tanto en ataque como bajando a ayudar en defensa.

Cuando por fin, en el 89', entró la pelota... el VAR actuó. Genaro fue quien la empujó dentro, pero el colegiado dictó fuera de juego de Pey y el videoarbitraje lo ratificó. Todo el malaguismo pensó en el gol que dieron por bueno a Francia ante España en la final de la Nations League, pero aquí parece que la interpretación fue distinta a la que dio por bueno el tanto de Mbappé. El empate continuaba en el marcador y así siguió hasta el último minuto de los seis de descuento.

Se vuelve el Málaga a casa con la agridulce sensación de haber podido sacar algo más que un punto en El Alcoraz, habiendo ido de menos a más en el partido.