La espina clavada de Carpintero con el Málaga

Sólo jugó una temporada en el Málaga, la 2007/2008 que acabó con el ascenso, pero Santi Carpintero caló hondo entre los seguidores malaguistas y entre sus compañeros. Pocos entendieron su salida del equipo al año siguiente, ni siquiera él mismo. Lo considera la gran espina de su carrera deportiva, aunque está seguro de que se la sacará algún día con su vuelta al club.

Carpintero recuerda aquella temporada en el Málaga como un curso muy duro: “El año que ascendimos con el Málaga sufrimos bastante en los últimos partidos porque no teníamos esa plantilla tan larga como puede tener esta campaña. Muñiz era muy exigente, en cuanto a lo físico, a la intensidad de los entrenamientos, en cuanto a los partidos incluso, y al final, en una carrera de 42 etapas como es la Segunda, llegamos al final bastante apretados”.

Pero, haciendo una valoración general, el leonés está más que satisfecho con el rendimiento obtenido, tanto en el personal como en lo grupal. “Fue una de las mejores temporadas a nivel individual que tuve en toda mi carrera deportiva, porque creo que me adapté al club, a la ciudad, a todo, muy rápido. Málaga era donde pasaba mis vacaciones y era como estar en casa desde el principio”, valora Carpintero.

Pese a su gran temporada y a ser uno de los artífices del ascenso, Carpintero no siguió en la plantilla malaguista en Primera División: “El mal recuerdo fue que no se contó conmigo para el año siguiente cuando había jugado 35 partidos y era uno de los fijos dentro del once. Es difícil encontrar un equipo que su once titular no siga, a no ser que haya un traspaso, es difícil pensar que, con todo el esfuerzo que se hizo, no hubiese una recompensa por parte del club con muchos de los titulares. Esa es la gran espina que tengo clavada, porque luego hubo jugadores que no eran titulares indiscutibles, que se quedaron en el club y pudieron disfrutar incluso de la Champions y hacer unas carreras espectaculares. Y jugadores que a lo mejor merecíamos estar, por números principalmente, no estuvimos, y es un regusto que te deja un sabor de boca un poco amargo”.

Otro gran recuerdo que guarda Carpintero es que el mediano de sus tres hijos, Iker, nació en Málaga. “Es un 'malaguita', lleva lo de Málaga en la sangre, es un chaval súper tranquilo, que no da un problema, con la piel morenita como su madre, un 'malaguita' pero de los de verdad (risas). Es increíble las cosas que te da la vida, a Málaga la llevaremos siempre en el corazón”, rememora Carpintero.

Y es que, con esa añoranza que desprenden sus palabras hacia la Costa del Sol, es lógico que la idea de Santi Carpintero sea retornar para curar esa herida que se dejó por el camino. “Allí he dejado muy buenos amigos, y volveremos, lo digo con letras grandes, VOLVEREMOS. Por supuesto que volveré al club, hay una espina clavada ahí y hay una pequeña deuda. Mi deseo es que algún día se pueda resolver, porque estoy convencido que se pueden hacer grandes cosas en Málaga”.