Kieszek y su regreso al lugar donde fue

Córdoba es la ciudad más importante en la trayectoria de Pawel Kieszek. El portero dio un salto en su dilatada carrera en la ciudad califal, haciéndose un nombre en el fútbol español. Crucial en la agónica salvación del equipo blanquiverde la temporada pasada, llegó al Málaga por los problemas con el límite salarial de su antiguo club. En el Nuevo Arcángel, con el que este sábado tarde se reencuentra, se destapó como un arquero de nivel con momentos vitales para la supervivencia de su equipo en la Liga de Fútbol Profesional. Podría jugar el derbi andaluz ya que no cuenta con 'cláusula del miedo'. De hecho, casualidades del destino, había firmado una ampliación hasta 2020.

Dos temporadas estuvo en el Córdoba el polaco, que jugó 38 partidos cada temporada. Imprescindible para el abanico de técnicos que pasaron por el conjunto andaluz en la época reciente. Sin ir más lejos, ante el Málaga se estrenará en el banquillo cordobesista Rafa Navarro, un hombre de club. En decisivo se tornó Kieszek para la salvación a los lomos de José Ramón Sandoval, un héroe en la ciudad de La Mezquita. Se recuerda especialmente un penalti, que llegó a convertirse en una especialidad, parado al Valladolid a 14 puntos de la permanencia. Tuvo un gran 'feeling' con la grada del Nuevo Arcángel, con la que volverá a verse las caras.

Su rol en el Málaga es diferente, al rebufo de Munir. No obstante, en los tres partidos ligueros que disputó por compromisos internacionales de su compañero exhibió una versión sobria y fiable. Encajó un solitario gol y todo fueron victorias. Si los de Juan Ramón Muñiz no consiguen el ascenso directo y se lo juegan en el play off puede abrazar la titularidad en ausencia del marroquí por la Copa de África. De ahí el ahínco del técnico de tener un suplente de garantías. El meta firmó un año por el Málaga, que se extendería otro más en caso de retornar a Primera División.