Los rigores de vivir en el alambre

Tiene este Málaga mucho de funambulista. Esa característica que se puede ver como arte o como atrevimiento. A mitad de esos caminos esté seguramente la lectura más sensata. Los de Juan Ramón Muñiz, que siguen merodeando la cima de LaLiga 1|2|3, no consiguen abrir la brecha en los partidos que conducen a la calma. En una categoría con la igualdad como seña de identidad es básico armarse de paciencia en el cierre de los encuentros si el hueco no es suficiente, algo que el conjunto blanquiazul, quizá el equipo más productivo en marcadores cortos, no está sabiendo dibujar con continuidad.

"Nos está costando mantener serenidad y la tranquilidad para superar esos minutos finales, nos entra un poco de pánico, nerviosismo y temor a que nos empaten", ese es el diagnóstico de un Muñiz más autocrítico. El empate frente al Almería es el cuarto resultado que se le vuelve en contra al club de Martiricos en lo que va de temporada, algo más del ecuador. Puntos al limbo que son básicos en una cabeza de tabla comprimida como pocas veces. El Dépor, el Osasuna y el Sporting de Gijón birlaron unidades provechosas en anteriores episodios.

Datos iguales de ciertos como que los malagueños también voltearon partidos en contra. El doble enfrentamiento con el Lugo o el Albacete son los ejemplos más clarividentes. No obstante, la moraleja que esconden los números es la peligrosidad de hacer de la vida en el alambre un hábito. Hasta ahora, la mayoría de las veces salió cara, pero con las monedas al aire no siempre hay sonrisas. De las 13 victorias que tiene el Málaga, más que nadie en el escalón de plata, nueve de ellas fueron por la mínima. Sólo ante el Nástic (el segundo tanto fue en el añadido), el Numancia, el Córdoba y el Zaragoza se ganó por más de un gol. En los otros 27 puntos el sufrimiento impregnó el triunfo.

Una asignatura pendiente de cara el tramo final, donde los de Juan Ramón Muñiz se juegan un ascenso con múltiples aristas deportivas y económicas. Para ello es fundamental recuperar esa pausa y orden en los minutos donde se deciden detalles que suben o bajan el dedo. Hasta ahora hubo más alegrías que tristezas, como recalcó el técnico asturiano, aunque las segundas guardan especial valor tras ver tan cerca un paso que supone una zancada hacia el lugar natural del club costasoleño. El mercado ofreció importantes e interesantes piezas para seguir construyendo un castillo sólido, aunque con algunas grietas.