Un bucle peligroso

La sangría a domicilio del Málaga empieza a ser grave. El equipo lo ha ganado todo en La Rosaleda, pero fuera de casa, además de ofrecer una versión más pobre, no gana. No lo hace desde el 3 de septiembre y este domingo tenía una buena oportunidad para cambiar esa dinámica ante el Extremadura, que llegaba en puestos de descenso y mando a la lona a un Málaga que entra en un bucle peligroso como visitante, habiendo sumado sólo dos de los últimos 18 puntos en juego.

Salió bien el conjunto malaguista, presionando muy alto a un Extremadura al que apenas le duraba el balón. Se vio incisivo a Renato Santos por la banda derecha, de lo poco vertical del equipo. Pero faltó precisión en los metros finales, faltó concretar ese dominio en ocasiones de gol. Y el portugués ni acabó el primer tiempo, no debió gustar su actuación a Muñiz, que lo sentó en el minuto 39 para dar entrada a Hicham, un cambio cuando menos extraño.

Poco a poco, los locales se fueron soltando y se olía el peligro cada vez que se aproximaban a la portería de Munir. La tercera aproximación seria del Extremadura acabó en en el 1-0, obra de Kike Márquez en el minuto 31. Otra jugada mal defendida y también con una dosis de mala suerte incluida. Ni Diego González ni Munir acertaron a despejar bien un balón largo y el esférico acabó en los pies del extremo gaditano, que tras un rechace de Iván Rodríguez conectó un tremendo derechazo que se coló por la escuadra derecha del portero blanquiazul.

El tanto dejó KO al Málaga

El gol dejó al Málaga tocado. Los de Muñiz llegaban tarde a casi todos los duelos, y los azulgranas jugaban con más confianza conforme pasaban los minutos. En el 43', el autor del gol tuvo otra ocasión con otro gran disparo desde el vértice del área, pero Munir sacó una buena mano y evitó el 2-0. El equipo estaba descosido, faltaba solidez y aplomo, y el Extremadura se fue al descanso con ventaja en el marcador y siendo superior sobre el césped, sobre todo tras el tanto.

El paso por los vestuarios dejó otra sustitución, la de Juanpi por Héctor Hernández. No era difícil mejorar, y el Málaga lo hizo. No concedía tanto atrás y tuvo la ocasión más clara hasta entonces en el minuto 52. Iván Rodríguez puso un centro fantástico desde la derecha, Blanco Leschuk conectó un gran cabezazo, pero todavía mejor fue la intervención de Álvaro Fernández, joven portero del Extremadura que comparte nombre y condición de canterano con el meta juvenil del Málaga que debutó este domingo con el filial ante el Sanluqueño.

Ontiveros, en una falta directa, y Pau Torres, de cabeza también en una jugada balón parado, no estuvieron muy lejos de hacer el empate. El Málaga creaba peligro a través de la estrategia, pero sin el tino de otros días. Y para falta de puntería, la de Blanco Leschuk, que tuvo otra todavía más clara en el minuto 75 y no acertó. Una gran jugada de Ontiveros por la izquierda acabó en un centro medido del marbellí, pero el ariete argentino remató mal, tuvo que agacharse demasiado y su cabezazo se marchó desviado tras botar antes en el césped. Se pudo equivocar Blanco, porque el balón bajaba y parecía más fácil rematar con el pie que con ese escorzo que finalmente salió rana.

Mientras tanto, el Extremadura se centraba en intentar que se jugara lo menos posible, como no podía ser de otro modo teniendo el marcador a favor ante uno de los 'gallitos' de la categoría. Pasaba el tiempo, Rodri agotaba sus cambios y el Málaga seguía por debajo y sin ideas en el que sólo se salvaba un Ontiveros que no paró de intentarlo, unas veces con más acierto y otras con menos. Y así se acabó el partido, con el Francisco de la Hera en pie celebrando el triunfo y los jugadores del Málaga con la cabeza gacha, conscientes de que la sangría a domicilio empieza a ser grave.