Una oportunidad envenenada para Andrés Prieto

Tenía ganas Andrés Prieto de disfrutar de una oportunidad y jugar en Primera. Pero no se marcharía nada contento de La Rosaleda el alicantino, que nada más terminar se fundió en un abrazo con Paco Ruiz, preparador de porteros. Encajó tres goles en la mayor goleada que ha recibido el Málaga desde que José González se sienta en el banquillo. Poco pudo hacer en los tantos y dejó buenas paradas, pero el ridículo del equipo lo empaña todo. 

En el primer gol no pudo hacer mucho más. Un error de Rosales dejó el balón muerto en el área y Manu García fusiló al meta alicantino, que vio como en el minuto 3 ya le habían hecho un gol. Pero el tanto no sacó del partido a Andrés, que se mostró siempre concentrado y atento al juego. En el minuto 9 hizo una muy buena parada a Guidetti, una mano baja que evitó el 0-2 del delantero sueco.
Con los pies no se desenvuelve con la soltura de Roberto, que tiene un gran desplazamiento en largo y también juega bien en corto, pero estuvo correcto. El Alavés no llegaba demasiado, pero cuando lo hacía era con peligro. Así, en el 36' Dani Torres protagonizó una internada en el aire que acabó con un potente disparo que de nuevo sacó Andrés Prieto con una buena parada.
Pero no se pudo ir con buen sabor de boca el alicantino. En la segunda mitad, en dos minutos recibió otros dos goles. En el primero salió a tapar a Demirovic, pero el balcánico se la picó y lo superó. El 0-3 fue una obra de arte de Ibai Gómez, que la puso en la escuadra con la zurda, su pierna 'mala', con un fantástico disparo desde el vértice del área.
En el 75' sacó otra buena mano baja a un remate de cabeza de Demirovic, pero su gesto ya estaba torcido. Andrés Prieto disfrutó de una oportunidad envenenada, porque el equipo no dio la cara ante el Alavés. Sin alma, sin coraje, sin amor propio para dar la cara ante la afición aún habiendo llevado al Málaga ya a Segunda.