Un velatorio de 12.149 valientes
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Descorazonador. Quizás en una palabra se pueda aunar lo vivido esta noche en Martiricos tras otra derrota de Málaga cadavérico. La Rosaleda fue un congelador. El mercurio marcaba 7º al inicio del partido, pero la gelidez se palpaba en la grada, que registró la peor entrada de la temporada y en mucho mucho tiempo. No fueron 12.149 espectadores, fueron 12.149 valientes los que desafiaron al día, a la temperatura, a la posible lluvia y a la desazón de acudir a ver a su equipo, sumido en la más profunda de las depresiones. Y esta noche, por cierto, sin La Bombonera, periódico oficial el club y que ya no se repartirá en Martiricos dejando tras de sí un gran revuelo en las redes sociales.
Míchel recibió pitos desde el principio, cuando fue su nombre anunciado por megafonía y que se hicieron más fuertes con el tempranero gol perico, de Darder (pidió perdón), en el minuto 6 de juego. Entonces la grada estalló, primero contra el técnico madrileño: “¡Míchel, vete ya!”, luego contra el presidente: “¡Al-Thani, vete ya!” y justo después contra el equipo: “¡Échale huevos, Málaga échale huevos!”. Darder, 'villano' en su día, desató la caja de los truenos con su gol.
Fueron en concreto tres oleadas y en ese orden: Míchel-jeque-jugadores, durante el partido. Esa inicial tras el gol, otra en el minuto 78, cuando el equipo pareció agotar todos sus cartuchos, y otra al final. Ciertamente, los que fueron dirigidos a Al-Thani, con sus hijos Nasser y Nayef en la grada, fueron los más potentes, aunque todos alcanzaron altos niveles de decibelios, con menor intensidad hacia los jugadores: “Jugadores, mercenarios” o “¡Esa camiseta, no la merecéis!”. También hubo pitos a un desesperante Peñaranda cuando fue suplido en el minuto 59; al cambio de Juanpi por Keko; y al citado Darder, autor del único tanto del partido, cuando fue suplido al final. Una noche triste, otra más, la de un velatorio compuesto por 12.000 valientes y un cadáver.