Diego González cumple como interino

Sólo había una novedad en el once del Málaga con respecto al anterior partido liguero. Obligado por la lesión de Juankar, Ricca y Torres, Míchel apostó por Diego González como lateral zurdo, que ya actuó ahí de urgencia en el Santiago Bernabéu. El gaditano, central por definición, cumplió otra vez tirado a su costado natural. Tesón, seriedad y hasta rondó el gol en varias ocasiones.

Formó con Rosales, Luis Hernández y Baysse en una línea de cuatro clásica. Puede decir que, por primera vez en lo que va de temporada, el Málaga no encajó ningún gol estando él en el césped y encima con el añadido de estar fuera de posición. Tampoco fue exigido en exceso por los futbolistas del Levante. El chico, bien aleccionado, tampoco se extralimitó en sus labores, tratando de dar pocas opciones al rival de encontrar su espalda.
Pero lo más destacado que hizo en el partido sucedió a 80 metros de su hábitat natural, porque en la segunda parte anduvo cerca de marcar un par de goles. La ocasión más clara nació de un córner, la pelota le llegó franca para disparar, pero su violento chut fue centrado y Oier logró detenerlo. Al poco, volvió a tener una aparición fulgurante, entrando en el segundo palo y conectando un balón que se marchó fuera pero cerca a pesar de tener escaso ángulo de remate.