Ridículo copero como costumbre

Adiós a la Copa. El Málaga se despide a las primeras de cambio del torneo del KO. Van tres seguidas, y las tres a costa de equipos de menor categoría (Mirandés, Córdoba y Numancia). Esta vez fueron los sorianos los que se encontraron con el premio de verse las caras con el conjunto blanquiazul, que es una madre. Lo grave en sí no es ya la eliminación, que lo es y bastante. Es el ridículo que hizo el equipo en un segundo tiempo y las desastrosas sensaciones que deja el conjunto blanquiazul a tres día de la auténtica 'final' ante el Levante. 
El Málaga salió dubitativo, sobre todo en defensa. Ian Soler y Álex Robles debutaban oficialmente en La Rosaleda (el de Pizarra ya jugó en Soria), y se les notó. Fallaron un par de pases que acabaron en llegadas peligrosas de un atrevido Numancia que comenzó presionando a todo el campo a los de Míchel. Pero el engranaje del Málaga se fue engrasando y el equipo poco a poco comenzó a sentirse cómodo atacando por los costados.
La primera bala fue de fogueo. Un buen pase de Jony dejó vía libre por la izquierda a Álex Robles, que puso un muy buen centro al que no llegó Borja Bastón por milímetros. La jugada acabó en córner y tras ese saque de esquina el balón llegó de nuevo a Jony, que colgó un balón medido para que Adrián, de primeras, conectara un zurdazo y batiera a Munir en el minuto 18. El gol hizo que los jugadores se soltaran. Ontiveros jugueteó con la defensa de lo sorianos y Jony percutía con peligro por la izquierda.
Al borde de la media hora de juego, Juanpi tuvo una ocasión clarísima para hacer el 2-0. Esta vez la jugada fue por la derecha. Cifu corrió la banda y en carrera puso un buen centro al venezolano, que remató sólo, pero Munir la sacó con los pies. Y poco más hasta un descanso que no sentó nada bien a los de Míchel. Lo bueno visto durante esa última media hora del primer tiempo pareció quedarse en los vestuarios. El equipo salió frío, atascado. Y en el minuto 52, otra vez a balón parado (en la ida los dos goles llegaron así), el Málaga encajó el 1-1, obra de Elgezabal, que se adelantó a un blando a un Ian Soler al que se vio superado en muchas acciones del partido. 
Lejos de reaccionar, el equipo desapareció del mapa. Fallos defensivos, pases imprecisos, malos controles, centros a la nada... Y viendo eso, el Numancia se vino arriba, se lo creyó. Sin atisbo de luz al final del túnel, Míchel tiró del banquillo y dio entrada a Rolan y En-Nesyri para intentar revolucionar el choque. Una buena dejada del marroquí tras una jugada embarullada propició la mejor ocasión del segundo tiempo. Pero no era el día de Juanpi, que no definió bien y que tampoco vio a Rolan, solo a su izquierda. De ahí al final, la consumación de un nuevo desastre copero. Borja Bastón la tuvo en el 86' para forzar la prórroga tras un balón colgado por Rolan, pero con el portero a media salida y con todo para marcar su remate se le marchó desviado.
El Málaga sucumbe ante un Segunda como el Numancia. Y lo peor no es despedirse de la Copa del Rey, que de por si es grave por el cómo se hizo. Lo peor es que el equipo tiene una 'final' el viernes ante el Levante y llega con las peores sensaciones posibles. Sin fútbol y sin nada.

 
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