Y, de paso, adiós al farolillo rojo

La victoria ante el Celta no es un triunfo cualquiera. El Málaga, al fin, logra sumar los tres puntos en un partido liguero. Ha tardado diez encuentros en hacerlo, de ahí que sepa a gloria. Una victoria que además sirve para que el conjunto blanquiazul abandone el farolillo rojo.

Disputadas la primera decena de jornadas del campeonato doméstico, el cuadro malaguista se sitúa en penúltima posición con cuatro puntos, superando en la tabla al Alavés, que pasa a ser el colista de Primera con tres. El equipo de Míchel ha ocupado la última posición tras cuatro de las últimas cinco jornadas disputadas, pero este domingo va a dormir decimonoveno.
Tal y como el técnico dijo tras el encuentro, el triunfo debe ser un punto de inflexión. El equipo debe mirar hacia arriba e intentar seguir recortando puntos. Justo por encima en la clasificación queda ahora Las Palmas, 18º con seis puntos, mientras que los puestos de permanencia los marca el Éibar con ocho, es decir, el Málaga está a cuatro del objetivo que tienen entre ceja y ceja, abandonar los puestos de descenso.