Peñaranda asoma la cabeza

Adalberto Peñaranda se calza sus botas, pisa el césped de La Rosaleda, toca balón. Lógico en el día a día de un futbolista, novedad al tratarse de él. Porque desde el Mundial sub 20 de Corea en el que cayó lesionado, ha estado atravesando un oscuro sendero que parece conducirle al fin hasta la luz. Se avecina el regreso del invitado inesperado del Málaga.

Pero el internacional venezolano ya hace entrenamientos parciales con sus compañeros, recupera el tacto con el esférico, se siente de nuevo futbolista. Aunque todavía parece pronto para que vuelva a jugar un partido oficial. Primero tendrá que ir quemando estas etapas, que aunque sean las últimas de su recuperación, son más que necesarias.
La intención inicial era desprenderse del jugador, cedido por el Watford al Málaga desde el invierno pasado hasta junio de 2018. Su rendimiento y actitud, muy por debajo de lo esperado, le convirtieron en un lastre. Además, ocupando una ficha de extracomunitario. Pero una vez que el escenario de su caso obligó a las partes a seguir con este matrimonio, Míchel quiere recuperarle para la causa. Pronto se podrá ver qué quiere hacer y qué es capaz de hacer.