Luis Muñoz y su penúltima barrera

Hace unos días, el miércoles, disfrutaba de un partido de Champions juvenil. Un premio que saborea como refuerzo de lujo porque su sitio ya es el filial. Pero sus miras, su proyección, le empujan más arriba. Las circunstancias van a precipitar que se plante en La Rosaleda con el primer equipo en el duelo ante el Leganés, sin embargo, no es un regalo ni una casualidad, es el recorrido natural de Luis Muñoz.

Defensa central en el campo, pero futbolista en toda la extensión de la palabra. Su juego no es el de un zaguero tosco y a la vieja usanza. Es moderno, dinámico, listo. Combina lo mejor del jugador académico con el de barrio.
"Este es futbolista". "Está para el primer equipo". "Es buenísimo, cómo la saca desde atrás". "Ese va a llegar". "Este nos dura aquí dos días". Son algunas de las frases repetidas en los últimos tiempos por gente de la cantera del Málaga, por veteranos que siguen la actualidad de la base, incluso, por algunos futbolistas del primer equipo.
Estuvo toda la pretemporada bajo las órdenes de Juande Ramos, pero apenas pudo aportar porque una lesión le tuvo en el dique seco durante casi toda la fase de preparación. Luego se sumó al Malagueño de Ruano y hace sus pinitos, como decíamos con Pellicer para la UEFA Youth League. Ahora está ante la penúltima barrera. ¿Cuánto tardará en derribarla?
El Málaga le hizo recientemente su primer contrato profesional, amarrando así un jugador con mucha proyección y al que es habitual verle entrenándose a las órdenes de Juande. Hizo bien, porque contaba con muchas novias en el fútbol español. Hay que recordar que el chico es internacional en las categorías inferiores de España y llegó a estar en la última lista de Fútbol Draft.