Así eran los contratos blindados que denuncia el Málaga

El Málaga, a través de los abogados que representan a la propiedad del club en la actualidad y capitaneados por Pedro González Segura, acusa directamente a Vicente Casado y a Moayad Shatat de blindar de forma premeditada y lejos del interés general de la entidad, sus propios contratos con cláusulas y bonus abusivos, y el de otros integrantes de la cúpula como Manuel Novo, Mario Husillos o Joaquín Jofre. Ellos han sido los beneficiarios de este tipo de acuerdos que han desatado la polémica y la denuncia de la entidad.

El club trata de desmontar la defensa de Casado y su solicitud de que se declare improcedente su despido intentando probar que hubo un abuso de poder en beneficio propio durante los últimos años de su gestión como director general del Málaga. Después de una negociación con los empleados, el Málaga y sus trabajadores acordaron una rebaja salarial de la plantilla de entre un 15 y un 20 por ciento, asumiendo los directivos el compromiso de reducirse también el sueldo. Esto tuvo lugar el 18 de septiembre de 2013. Y sólo 12 días después, Vicente Casado y Shatat suscribieron un nuevo contrato para el primero, que pasó de cobrar 70.000 euros brutos anuales a ingresar 120.000 euros. En dicho acuerdo ya se contemplaba un bonus de 500.000 euros si el Málaga conseguía la permanencia a final de temporada. En octubre de 2014 y coincidiendo en el tiempo con los primeros contactos con el grupo inversor chino que quiso comprar el club con la intermediación de Pere Guardiola, el contrato del entonces director general volvió a ser revisado claramente al alza: sueldo anual de 350.000 euros, bonus de 500.000 por permanencia y un blindaje de 1,5 millones a cobrar incluso si Casado se daba la baja voluntaria del club.
También sufrió varias revisiones el contrato de Moayad Shatat. El vicepresidente y apoderado del jeque en La Rosaleda se mejoró sus condiciones en un contrato en el que, según apuntó Pedro González Segura delante de la jueza, también figuraba la firma de Vicente Casado. Shatat se subió el sueldo el 1 de agosto de 2013, cuando pasó a cobrar 120.000 euros brutos al año y se fijó un blindaje de 400.000 euros netos que cubría también la baja voluntaria. 13 meses después, el 1 de septiembre de 2014, su salario volvió a aumentar. Un nuevo contrato de 200.000 euros y un blindaje de 1,5 millones. Esas eran sus condiciones cuando salió de la entidad el pasado verano, si bien también se puso de manifiesto durante el juicio que el exvicepresidente renunció al blindaje cuando se marchó.
En octubre de 2014, y al mismo tiempo que Casado disparaba sus ingresos, también fueron revisados los contratos de Manuel Novo, director general corporativo, y Joaquín Jofre, asesor jurídico del club. Novo pasó a cobrar 200.000 euros brutos anuales, se le fijó un bonus por permanencia en Primera de 400.000 euros y un blindaje, baja voluntaria también incluida, de 1,2 millones de euros. A Jofre, en cambio, no le mejoraron el salario, pero sí se le premió con un blindaje en los mismos términos que los anteriores y cifrado en 300.000 euros.
La última mejora ostensible de contrato en la cúpula fue para el director deportivo, Mario Husillos. El argentino tenía vinculación con el Málaga hasta 2017 y el club decidió ampliarle una temporada más, hasta 2018, le aumentó sustancialmente la ficha y blindó su contrato de modo que debería percibir íntegramente su contrato si era despedido. Según afirmó González Segura durante la vista, el despido que tenía Mario Husillos inicialmente hasta 2017 era de dos meses por año o la cantidad que estimase un juez si había litigio judicial de por medio. Tras su ampliación y mejora, el contrato del por entonces director deportivo malaguista quedó garantizado por completo. En este sentido, resulta cuanto menos sorprendente que el club ampliase la relación contractual con su director deportivo hasta 2018 y guardase absoluto secreto a este respecto. Normalmente, este tipo de acuerdos suele ir acompañado de un anuncio oficial.
En total, y sumando las indemnizaciones fijadas, el Málaga renovó y reafirmó a su cúpula directiva por un montante final en caso de despido de seis millones de euros. Una cifra nada acorde a la realidad económica que vivía en esos momentos el club. Y es que desde Martiricos se justificó en esa época el acuerdo con la sociedad panameña de Edmundo Kabchi como una opción irrenunciable para evitar un drama económico dentro de la institución.
Otro de los aspectos sobre los que incidió la defensa del Málaga fue en el de los bonus por la continuidad del equipo en Primera División. Las primas a repartir entre toda la plantilla por la salvación, según los abogados del club, rondaba el millón de euros. Sumados, los bonus que tenían fijado Casado y Novo y que nunca llegaron a ingresar, ascendían a 900.000 euros.